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«Cofrades, aprendamos a convivir»

Tardó en llegar, y que rápido se nos ha ido, la Semana Santa, sin duda, es la representación literal de un paso de palio marcharse al son de unas bambalinas que cobijan a la Gracia de María. Ahora sí, centrémonos en el tema a tratar.

Para muchos, la mejor Semana Santa de sus vidas, pero aquí entre otras cosas, vamos a tratar aquello negativo y que ha frustrado muchos de nuestros momentos cofradieros.

Quizá «la calle no es tuya», o «por aquí no se puede pasar», son dos de las frases más oídas por todos nosotros en esta semana. Y es que muchas personas, que por supuesto, se hacen llamar «cofrades», ocupan e invaden nuestras calles con una superioridad moral sorprendente, cogen sus sillas plegables o hasta tumbonas de la playa, oyen bien, y las plantan en la calle, como si de algo normal se tratase. Aquí va la primera crítica, no podemos normalizar esta situación, la calle es de todos, esa no es forma de ver cofradías, y si estas en una situación de discapacidad o una ocasión especial, si es comprensible que llegues a usar una silla plegable discreta y sin molestar, pero imágenes como las vistas en Orfila, Salvador o hasta en calles donde la silla ocupaba toda la acera, no pueden ni deben volver a repetirse. Tomen nota para el año que viene.

«No veo nada», «¡baja el móvil!», otras dos frases que dan de que hablar en una nueva polémica que viene con estos tiempos, y es que tras esperar en muchos casos horas y horas, el personal levanta su dispositivo móvil impidiendo ver al público que se encuentra tras él. Señores, un poco de cabeza, nadie les puede impedir la realización de fotografías o vídeos, pero seamos solidarios, aún quedan muy pocos que disfrutamos con nuestros ojos de los momentos, y si inmortalizamos algo, sencillamente, lo hacemos buscando la forma de no molestar. Gracias, y volvemos a tomar nota para el próximo año, si es verdad que esta situación ha mejorado algo en comparación con el año pasado.

Ha sido una semana espléndida, y donde la lluvia sólo dió un «sustillo» en la noche del Lunes Santo, donde apenas afecto a dos corporaciones, destacando el buen desarrollo de un Santo Entierro Grande memorable o los retrasos (ya comunes) en un Miércoles Santo de contrastes. No dejamos atrás los incidentes, de cierto sector político en la Plaza del Museo ante la imponente talla del Señor de la Expiración, ¿intento de carreritas?, lo que tengo claro es que tenemos que evitar la explotación turística de nuestra ciudad, recalco, la mala, porque hay muchos aficionados que se acercan con un afán de respeto y de contemplar nuestro patrimonio, y otros como ya pudimos ver representado el Sábado Santo, para no repetir sin duda, simplemente habrá que preguntarles si habrán disfrutado de la jornada. No debemos de cortarnos ante ellos, son de todo menos cofrades, solo les define una palabra «kanismo», y desde el Domingo de Ramos supe que no sería mi Semana Santa perfecta, pero tendrían sus buenos momentos, no todo va a ser malo.