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«Nos sentimos olvidados, una vez que el Señor abandone el barrio, todo volverá a ser como antes»

Juan García (su nombre se ha desbordado en las tintas virtuales de los periódicos locales) guardará para siempre en su memoria y en sus labios el privilegio de poder decir que, durante unas semanas, tuvo al Gran Poder a unos palmos de su vivienda. Frente a frente, cara a cara, descendiendo unas escaleras desgastadas por el peso de la humildad y el alimento, y apoyándose en las paredes desconchadas del olvido. Sin saberlo, desde aquel ventanuco de su bloque de pisos, estaba abriendo el corazón de toda su vida al resto de la ciudad, de Andalucía y del planeta. Porque, precisamente, guardando las espaldas de su corazón, el pasado sábado Juan se asomó con buena parte de su familia a esperar al Señor de Sevilla, de toda Sevilla, no solamente la que recorre cada Madrugada del Viernes Santo, que supone un mínimo porcentaje del territorio que abarca la devoción al Señor. Nos acercamos, más aún, a la figura de Juan, a su vida, a la problemática del barrio y a todo cuanto supone, para Los Pajaritos y para sus vecinos, la visita de Jesús del Gran Poder a la zona más pobre y maltratada del país.

-Es todo un placer recibir su predisposición y su simpatía. ¿Cuál es su vinculación con el barrio de Los Pajaritos? ¿Cuánto lleva viviendo ahí y dónde se asientan sus raíces?

Yo soy nacido en Sevilla y nacido en el barrio de los Pajaritos. Mis raíces comienzan desde pequeño en el barrio de San Bernardo, y me vine a este barrio con año y medio.

-¿Cómo ha cambiado su vida en el barrio con el paso de los años?

Mi vida de lo que era mi barrio a lo que es ahora necesita un poco de atención política y educación cívica a la juventud.

-No me resisto… ¿Cómo se vive todo un confinamiento de mes y medio en una vivienda y un barrio como el suyo?

Pues imagíneselo… En una vivienda de 55m cuadrados, que es la medida estándar de las viviendas del barrio, donde pueden llegar a vivir seis o siete personas…

-¿Abandonaría, alguna vez, el barrio de Los Pajaritos?

Ahora mismo no, no lo cambiaría por ningún sitio.

-¿Quién es la persona que, en blanco y negro, recibe también al Señor a su lado?

Mi madre.

-¿Qué relación tiene usted con el Gran Poder, y qué significa el Señor a partir de ahora?

Para mí es lo más grande, no porque lo lleve en la sangre, sino porque mi madre era tan devota del Señor del Gran Poder que me ha transmitido con el paso de los años el fervor, la fe que ella tenía por ese Cristo y para mí es lo más grande ahora mismo.

-¿Dónde guarda habitualmente esa fotografía que ya forma parte del imaginario de toda la ciudad?

La tengo guardada en una vitrina donde están las imágenes del Cristo de la Sed, en fotografías muy lindas, ya que mi hermano tiene relación directa con la Junta de la Sed. Están todas las fotografías juntas.

-¿De cuándo es la fotografía que sostiene en la mano cuando llega el Señor?

Es del día de mi boda, mi madre fue la madrina.

-¿Dónde están ustedes ubicados en el momento que llega el Señor? ¿Es su vivienda, o un descansillo de las escaleras?

Estábamos justamente enfrente a la entrada de la parroquia, que es el bloque de pisos donde vivimos. Es un descansillo, correcto.

-¿Cómo prepararon ese día? ¿Se reunieron antes para esperarlo, alguna celebración especial…?

No, ninguna celebración anterior. Solamente cité a mis hijas, nietos y personas allegadas a nosotros, esperando justo el momento sublime de ver la imagen del Cristo del Gran Poder.

-¿Ha vuelto a visitarlo después de su llegada el sábado?

Sí, varias veces.

-¿Qué espera usted, en primer lugar de la visita del Gran Poder a su barrio? ¿Qué puede aportar su presencia?

Puede aportar una serie de cosas. No solamente ha hecho avivar la fe de estas vecinas que estaban deseando de verlo aquí después de tantísimos años, desde el año 60 que visitó San Juan de Dios, y que vuelva ahora a Los Pajaritos y Santa Teresa, Las Candelarias… El fervor que va a tomar el barrio aparte del cariño que ha tenido de todos los vecinos y todas las personas mayores que aún viven y son devotas del Gran Poder, no es un milagro, es algo más que un milagro.

-En estos últimos días, se han producido varios tiroteos en el barrio, probablemente ligados a las organizaciones narcotraficantes. ¿Para solucionar esto hace falta algo más que la visita del Gran Poder? ¿O es un problema difícil de erradicar?

Yo creo que hay que diferenciar bastante los grupos. Las personas de fe, sentimiento, que viven en el mundo con educación, no tiene nada que ver con la fama que está tomando el barrio en algunos sectores de la zona.

-La Hermandad del Gran Poder ha dispuesto un amplio grupo de voluntarios que se encargarán de resolver una serie de necesidades de los vecinos del barrio. ¿Son estas iniciativas las que pueden traer algo más de paz, serenidad y esperanza a su barrio? ¿Es aquí por donde debemos comenzar?

Como ya he dicho en otras emisoras, lo que necesitamos es atención de los políticos y de los servicios de asuntos sociales.

-El Gran Poder ha visitado antes su barrio que varios de los últimos representantes políticos de esta ciudad. ¿Qué mensaje quiere transmitirles? ¿Se han sentido olvidados?

Nosotros nos sentimos olvidados, por supuesto que sí. Una vez que el Señor abandone el barrio, volverá a ser lo que era. Carreras de coches, motos, peleas, botellonas… Habrá de todo. Ahora mismo lo que quisiéramos es que se quedara aquí con nosotros. Desde que está aquí ha cambiado todo por completo.

-Conforme llegaba el Gran Poder a Los Pajaritos, algunos vecinos que recriminaron la presencia de otros sevillanos que nunca habían estado en el barrio ni se habían preocupado por la situación del mismo. ¿Entiende o comparte este comportamiento?

Yo no conozco ningún comportamiento así, todo lo contrario. Se comenta y se dice que cuando fue aplaudido hubo algunos signos de silencio, pero es incierto, solo aplausos respetuosos de impulso.

-En nombre de su barrio, ¿qué podemos hacer nosotros, los medios de comunicación, por ustedes? ¿Nos estamos quedando en lo superficial de esta Misión y solo transmitimos una realidad edulcorada?

Según lo quieran tomar con más iniciativa o menos, los medios son la voz del pueblo. Dependiendo de lo que se diga es la única forma de que la gente se conciencie. Tenemos que tener educación, y más asistencia de servicios sociales a los necesitados, y eso supone que los políticos se impliquen. De ese modo, el barrio cambiará a mejor.

-En la fotografía que se ha viralizado aparecen también sus nietos y su yerno. ¿Confía en que, entre todos, podamos brindarles un futuro próspero e ilusionante?

Yo creo que sí. Toda mi familia que estaba en las plantas del bloque… Claro que sí, el sábado estábamos todos con las lágrimas saltadas, y aún más cuando se ha hecho viral la fotografía de mi madre.  Ya veremos qué ponemos en ese mismo sitio donde colocamos la foto de mi madre este sábado cuando vuelva a salir el Señor

-Por último, ¿qué espera que sea su barrio el día 5 de noviembre, cuando el Gran Poder regrese de los Tres Barrios dirección a la Catedral? ¿Le preocupa que esta Misión quede en vano?

No. El recuerdo, el cariño, el afecto y la fe que ha dejado serán muy difíciles de olvidar, al contrario. Muchas personas van a visitar aún más la Basílica de San Lorenzo.

-¿Qué le pide al Señor del Gran Poder?

Le pediría de todo. Salud para todo el mundo, paz que es lo que necesitamos, y sobre todo una fraternidad entre todos los cristianos y los que creemos en estas imágenes que solamente con verlas se nos saltan las lágrimas.

 

(Fotografías Carlós García Lara y Andrés Góngora)