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El Pregón: datos históricos y curiosidades

Atípico Domingo de Pasión el que encara Sevilla, acostumbrada a tener sus calles abarrotadas en una jornada como la de hoy. Un día de iglesias abiertas, besamanos, besapiés, traslados de las imágenes a sus pasos y algún Vía Crucis. Y un día también en el que se celebraría el Pregón de la Semana Santa, acto que, aunque la mayoría de los cofrades solo acceden a contemplar a través de los medios de comunicación, es conocido simbólicamente como el inicio de la última cuenta atrás.

 

Historia

En 1937 Emilio García Sanchís pronuncia una charla que se entiende como un precedente del Pregón, si bien no podría emplearse este término. Así se deduce de la crónica que el diario ABC realizó del acto: una disertación patriótica encargada de exaltar las hazañas del bando nacional en la Guerra Civil de España, en la que el charlista recordó devociones como El Gran Poder, la Macarena, la Virgen de los Reyes o la desaparecida Virgen de la Hiniesta de Montañés. Pero estas referencias a la Semana Santa fueron mínimas en un acto que contó con la presencia de Queipo de Llano.

Curiosamente García Sanchís repetiría como disertador en el año 1939, año en que ya se empieza a definir el acto como Pregón. Aquella charla no fue muy diferente de la primera, teniendo en cuenta además que la victoria franquista en el conflicto bélico era ya un hecho.

El antecedente más riguroso del actual Pregón de la Semana Santa es el acto literario organizado por la hermandad del Museo en 1941 llamado Proemio Cofradiero. Al siguiente año, José María Pemán pronuncia en el Teatro San Fernando un Pregón cuyo formato, con escasas variaciones, ha llegado hasta nuestros días. Un acto literario que se repetiría anualmente como anuncio de la Semana Mayor y que, en su primera edición, estuvo presentado por el ilustre escritor Joaquín Romero Murube.

Los escenarios

El primer escenario que acogería el Pregón de la Semana Santa, testigo también de las charlas de García Sanchís, fue el Teatro San Fernando. Derruido en los setenta, se ubicaba en la actual calle Tetuán, y en él se celebraron todos los pregones hasta el año 1969. Por él pasaron pregoneros como Juan Moya García (1963), Juan Delgado Alba (1968) o Antonio Rodríguez Buzón (1956).

El Teatro Lope de Vega tomó el relevo en el año 1970 y albergó el acto hasta 1992, con la excepción de los años 1986 y 1987, cuando las obras de reforma del histórico edificio obligan a su cierre y el Pregón se traslada al Teatro Álvarez Quintero. José Sánchez Dubé, que unos años después se convertiría en el primer presidente seglar del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, fue el encargado de pregonar la Semana Santa el año en que por vez primera el Lope de Vega acogió el acto. Un teatro en el que también recitaron Ramón Martín Cartaya (1972), Miguel Muruve (1980), Juan Moya Sanabria (1989), o José Luis Garrido Bustamante (1990) entre otros.

Sería el Pregón de la Semana Santa de 1993, pronunciado por el Padre Javierre, el primero que se celebraría en el actual escenario: el Teatro de la Maestranza. Lugar consolidado a pesar de que uno de los debates actuales sobre el Pregón se encuentra en el aforo del Teatro, pequeño para la demanda que suscita este evento en el público cofrade, especialmente si el pregonero goza previamente de popularidad.

La música. De Amarguras a la innovación

La música es también otra de las grandes protagonistas del Pregón. Desde los orígenes del formato actual, siempre se han escuchado los sones de dos marchas procesionales, salvo el año de Pemán (1942) y el de José L. Campuzano (1958), que sonaron hasta tres composiciones.

Sin duda alguna el Pregón es uno de esos actos que consolidó a la marcha Amarguras como Himno no oficial de la Semana Santa de Sevilla. La melodía de Font de Anta se escuchó en todos los pregones desde Pemán hasta el de Charo Padilla (2019) salvo los años 1946 y 1950. En el año 1958 se establece fija esta marcha en el acto, sonando previamente a la intervención del pregonero.

Precisamente, es el pregonero quien elige la otra composición, siendo la marcha Virgen del Valle de Vicente Gómez Zarzuela la más escogida (unas 15 ocasiones). Se observa cómo en las primeras décadas del Pregón, grandes clásicos como Ione, Jesús de las Penas Soleá dame la mano se reparten el escaso margen de protagonismo que les dejaba la marcha de Gómez Zarzuela. Progresivamente, se harían un hueco La Estrella Sublime y algunas de las marchas dedicadas a la Macarena.

No obstante, en los últimos años se observa cómo los pregoneros reivindican las composiciones dedicadas a sus hermandades o a imágenes a las que profesan gran devoción. Fue el caso de Francisco Javier Segura (2013) que escogió la marcha Cristo de las Almas dedicada al titular de la hermandad de los Javieres, de la que es miembro activo el pregonero más joven de la Semana Santa. Un año antes, Ignacio Pérez Franco, ex hermano mayor del Baratillo eligió Caridad Coronada y José Ignacio del Rey Tirado, (2018) de la Junta de Gobierno de los Estudiantes escogió la marcha que Abel Moreno realizó para la Virgen de la Angustia.

Memorable será también el año 2001, cuando se estrenó Candelaria de Manuel Marvizón para el pregón de Carlos Herrera, hermano de la corporación del Martes Santo.

Pero en los últimos años, la música en el Pregón no se ha limitado a las dos marchas previas a la disertación poética y a la interpretación del Himno de Andalucía y la Marcha Real. Fue el recordado Rafael González Serna (2016) quien introdujo innovaciones musicales al acto. La primera de ellas fue justo tras culminar la estrofa inicial de su emotivo pregón, cuando sonó la Marcha Real y el público se puso en pie, la primera de las muchas ocasiones que se levantó para aplaudir al poeta y cantautor. La segunda vino cuando, al hablar de las cofradías del Miércoles y Jueves Santo, sonó de fondo una pieza creada por Marvizón en la que se integraban fragmentos de marchas como Madre Hiniesta, que lleva su firma o Nuestro Padre Jesús y Macarena, ambas de Emilio Cebrián.

Alberto García Reyes (2017) continuó con esa senda, recitando versos al compás de la guitarra de su amigo Paco Jarana. Al año siguiente José Ignacio del Rey recitó unos versos a la Macarena mientras la Banda Sinfónica Municipal de la ciudad interpretaba Suspiros de España. Finalmente el año pasado, Charo Padilla, en un fragmento dedicado también a la Macarena estuvo acompañada por un “remix” de marchas dedicadas a la Virgen de la Esperanza, preparado por Manuel Marvizón, quien elaboró también la melodía final de los últimos párrafos del pregón, en el que la primera pregonera soñaba con hablar con aquellos ángeles que hicieron a la Macarena.

Julio Cuesta Domínguez, encargado de pregonar la Semana Santa de 2020, y ratificado para hacerlo el próximo año había escogido la marcha El Corpus de Braulio Uralde. Esta marcha ya sonó en el pregón de Carlos Colón (1996), cuando aún se desconocía el nombre original y la autoría de la composición.

Los pregones que nunca se olvidarán

En el gusto está la variedad y si de algo puede presumir el Pregón es de ser diverso: prosa, verso, pregones que se han hecho cortos, otros demasiado largos, algunos interrumpidos en innumerables ocasiones por los aplausos del público…

Pero tendrán que pasar muchas generaciones para que algunas de las expresiones, algunos de los fragmentos más emotivos de estos pregones se olviden. Haciendo un repaso a los pregones de las últimas tres décadas, en la memoria de los sevillanos está omnipresente el del recordado Rafa Serna, con fragmentos como aquel inicio dedicado a su padre y al Cristo de las Misericordias de Santa Cruz, o aquella conversación con el Señor de la Sentencia con la que muchos aún derraman lágrimas.

Pero los pregones de la Semana Santa han regalado muchos recuerdos en forma de frases, versos u oraciones. Del “Effetá” de Francis Segura al “Sevilla y Amén” de García Reyes, que empezó su disertación con el también recordado “¿Me deja paso, señora?” Del “A la Gloria sevillanos” de Carlos Herrera al “¿Estáis puestos?” de Antonio Burgos (2008)  y aquellos contundentes versos de Joaquín Caro Romero (2000) que decían “Se va un siglo y viene otro/ pero Ella siempre se queda” y la certeza absoluta de “La vida es una semana”. También se han repetido en ocasiones aquellos sonetos que regaló en la primera parte de su pregón Antonio García Barbeito (2010) y que comenzaban con ese verso de “Parece que es la hora, y no es la hora…”

También son recordados aquellos versos finales de José María Rubio en 1991: “He sido tu pregonero/ Reina, Madre y Capitana/con dos penitas me muero/que ni fui tu costalero/ni pude nacé en Triana”. Pero sin duda alguna los versos más repetidos en la historia de los pregones de Semana Santa de Sevilla son los que Rodríguez Buzón dirigió a la Macarena. El clásico “Como tú Ninguna/ estrella de la mañana/ de morena y de juncal/y de gracia sevillana…” Curiosamente estos dos pregoneros han sido los únicos en salir a hombros del acto.

No solamente el verso ha dejado su huella en el Pregón de la Semana Santa. La prosa también ha dejado auténticos momentos íntimos, en los que los pregoneros confiesan sus sentimientos a las imágenes de su devoción. En este sentido son recordadas las palabras que dirigió Francisco Berjano (2014) a la Virgen de las Tristezas o Enrique Esquivias de la Cruz (2007) al Gran Poder. Otros pregones completamente en prosa muy destacables fueron los de Juan Carlos Heras (1998) o el del mencionado Carlos Colón.

 

Bibliografía:
ABC (editor), La Semana Santa según ABC de Sevilla. 1929-1946, Sevilla, 2012.
Agradecimientos:
A mi estimado Juan José Llorente Guerrero, por atender ciertas consultas de índole musical.
(Fotografía portada ABC)