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Julio Cuesta, Pregonero de la Semana Santa 2020: ‘En la Semana Santa cada uno de nosotros está jugando un papel’

La Junta superior del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla ha designado recientemente a Julio Cuesta Domínguez como pregonero de la Semana Santa de Sevilla para el año 2020.

Miembro de las hermandades de la Sacramental del Sagrario, la Pura y Limpia, el Gran Poder y el Silencio, fue consejero de hermandades sacramentales y tesorero en la que época en que el Consejo estuvo presidido por Manuel Román.

Actualmente jubilado, es Presidente de Honor de la Fundación Cruzcampo y de la Asociación Española contra el Cáncer en Sevilla. Jugó un papel fundamental en la organización de la EXPO del 92 así como en la conmemoración de su XXV Aniversario y recibió, del Ayuntamiento de la ciudad, el título de Hijo Predilecto.

Julio Cuesta pasó esta semana por nuestro programa de radio, donde pudimos realizarse la siguiente entrevista.

 

-¿Cómo es la Semana Santa de Julio Cuesta?

Para mí y para mi familia, y como tradición que heredé, la Semana Santa es un momento de celebración con un significado, celebramos la semana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Es la antesala del Domingo de Resurrección.  Así la hemos vivido siempre, con una característica especial: empezábamos temprano con mis hijos yendo a la Procesión de Palmas de la Catedral, es un acto que le daba al día una solemnidad especial y que nada tenía que ver con lo que ocurría por la tarde. Estoy orgulloso de que se les haya quedado esa impronta.

-¿Cómo es el compromiso de Julio Cuesta con sus Hermandades?

Tengo el compromiso de lealtad, por la devoción que les profeso, por lo que cada una me inspira, y porque continúo una tradición, una percha emocional de la familia. Yo creo que las hermandades, para todos los cofrades, deben ser como ese cofre en el que uno deposita sus devociones, sus imágenes, todas ellas con una figura, olor, color… Nos conecta con lo que está más arriba. Una imagen es esa que te atrae una mirada, pero no es la mirada de la imagen lo que te atrae, es la imagen que conecta con lo que está arriba, con la divinidad. Ocurre con el Gran Poder cuando pasa. Le miramos a la cara y ahí están todas las flechas de emoción que lo han mirado alguna vez. Esa es la fuerza de la imagen.

-¿Qué mensaje quiere transmitir en su pregón?

Me gustaría saberlo, pero sí quiero, por mi personalidad, transmitir mis sentimientos hacia una ciudad tan hermosa como es Sevilla. Una ciudad que ayuda a la reflexión, a la devoción, a sentirse uno partícipe de la ciudad. Pocas ciudades hay en el mundo en la que un ciudadano se siente protagonista de sus actos. En la Semana Santa, cada uno de nosotros, está jugando un papel en esa escenificación, no creo que haya otra ciudad donde eso ocurra, seas o no creyente.

-¿Cómo es de importante que un ciudadano de a pie se sienta identificado en la Semana Santa?

Ojalá pudiera hacer eso con éxito. Sevilla y mi gente han estado en mi horizonte, las grandes decisiones de mi vida han tenido Sevilla en el horizonte. Yo estoy comprometido con mi corazón y con Sevilla, procuraré que se note. Quiero mucho a la ciudad y quiero comunicar ese cariño, tenemos una ciudad impresionante. Fue capital del mundo durante 250 años, que ha sido sede de grandes hazañas, han ocurrido aquí cosas maravillosas, desde la antigüedad hasta modernidad. Ojo, no hay que olvidar eso, hay que impulsar la ciudad al futuro. Estoy preocupado por el futuro de la ciudad, no porque no lo tenga, sino porque somos nosotros los que tenemos la obligación de lanzar esta ciudad hacia el futuro. Si ya lo fue antaño, ¿por qué no va a ser grande ahora, precisamente en este mundo de ahora, contando con su posición estratégica? Quiero que se conozca esa Sevilla, que salgamos de la indolencia de la capital del paro y la fiesta. Si yo pudiera transmitir eso y que saliera la gente enardecida…

-¿Y qué futuro tiene la Semana Santa?

El futuro es el futuro de la fe y del cristianismo. El cristianismo es una religión potente por lo que tiene detrás, un Evangelio que es el testamento de Cristo, la encarnación de Dios, el mensaje de la divinidad del ser humano… Nadie podía difundir ese mensaje nada más que él. Si examinamos el desarrollo del cristianismo, ha sido una religión con unos principios que ha llevado al ser humano cada vez más adelante. En 1948 se publica la Declaración de los Derechos del Hombre, y ese es el Evangelio de Cristo. El respeto a la dignidad del ser humanos. Si ha tenido futuro durante 21 siglos, puede tener otros 21. Y más ahora, en la que 6 mil millones de personas estarán conectadas a la red. Si tenemos ese mensaje tan positivo, tenemos la obligación, seamos o no practicantes, como parte de esta cultura, hacer lo posible para que prevalezca y aporte bienestar.

-¿Qué momento atraviesa el pregón de la Semana Santa?

El pregón no es el pregón, son los pregoneros. Y hay un elenco de pregoneros que han aportado desde todos los puntos de vista (experiencia, sensibilidad, fe, reivindicación), sus visiones, cada uno de ellos ha aportado algo. Es un formato, un género en sí. Lo que hacen todos los pregoneros es abordar ese formato literario de una manera solemne y bella, eso se consigue cada año. No creo que haya habido un año en el que un pregón no lo haya sido como tal, sin olvidar que el pregón es algo muy subjetivo. No existen pregones, existen pregoneros. Cada uno le da la forma que quiere. Todos son auténticos.

-¿Es más importante el mensaje o la forma de transmitir el mensaje?

De la abundancia del corazón habla la boca. La manera de expresar es igual, si lo transmite. Si me preguntas si hay que hacerlo de una manera florida, austera… Eso es irrelevante. Tenemos una lengua tan bella que no hace falta hacer poesía para crear poesía. Hay un compás en la prosa tan rico como en la poesía, mi pregón fluirá tal y como vaya saliendo. El buen flamenco tiene compás. ¿Qué me va salir? Pues no lo sé, no tengo nada escrito aún, pero sí quiero utilizar el lenguaje de la manera más bella posible.

-Cuando ya han pasado varios días… ¿Siente uno ya la responsabilidad y la presión?

He estado muy tranquilo siempre, excepto en el primer momento. Me llevé una sorpresa como pocas en mi vida. Nunca entraba en mis cálculos. Tuve la duda, la incertidumbre, de pensar “a ver cómo hago esto”. A medida que te consolidas va cambiando la percepción, yo estoy muy tranquilo. No he escrito nada todavía, pero tengo la seguridad de que cuando me ponga a escribir, lo haré con tranquilidad. Y si me pusiera nervioso no me haría nada bien. La presión de la responsabilidad con Sevilla es muy fuerte, está claro. Aún recuerdo la reacción de mi mujer, Carmen: “No le puedes decir que no a Sevilla”. Es una responsabilidad con mis conciudadanos, con mis afectos, mi ciudad. Los cofrades se expresan con mucho cariño, todos me felicitan.

-¿Qué no puede faltar en el Pregón?

No va a faltar la importancia que tiene la Semana Santa como tal, no va a faltar una llamada de atención a la necesidad de respetarla, difundirla y promoverla. Una llamada a que todos tenemos que arrimar el hombro, es una operación de todos. Discusiones, desavenencias, disputas… Cuantas menos mejor. Lo que sí es verdad es que la Semana Santa presenta una serie de desfiles que van en peregrinación a la Catedral, es así, y es tan importante como lo es. No es objeto de discusión por mucho que queramos hacerlo. Cuando me preguntan si cabe o no una cofradía más en Carrera Oficial… No deja de ser un problema logístico, seamos conscientes. La Semana Santa es la que es.

-¿Qué cualidades ha de tener una persona para ser pregonero?

Yo no me siento con una cualidad especial. Las hay, como la de tener buena voz, buena literatura, conocer la ciudad… Pienso eso sí que sería muy difícil traer a alguien de fuera que no conociera la Semana Santa para que difundiera esa sensibilidad. En la Semana Santa se comparte una comparte una experiencia, el pregón es una manera de compartir. Cuando en un pregón nos hemos sentido movidos, es cuando nos hemos sentido identificados. Las características que le pido a un pregón es que sea veraz, que sienta lo que diga… No sale bien si no sientes lo que dices. Es la única manera de ganar adhesión, complicidad. Lo que pretendemos es que se salga del teatro con la gente contenta, de haber compartido sentimientos. Dicho de una forma más o menos bella. Sería mi gran satisfacción.