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El Cristo que Sevilla recuperó

Cuatro siglos desde que el Maestro Juan Martínez Montañés con cincel y martillo dieran forma a la forma a la representación convencional del que se entregó por nosotros. Después de ser más de 60 años titular de la Sagrada Lanzada, el Cristo de los Desamparados dejó de procesionar por las calles de Sevilla quedándose nuestra ciudad huérfana de la impresionante imagen. En el céntrico convento del Santo Ángel, descansó sin ver la luz abierto de brazos y de piernas cruzado en la capilla del Sagrario hasta el pasado año.

Cumpliéndose la efeméride antes mencionada, se decidió realizar una de las procesiones extraordinarias más fructíferas de los últimos tiempos. A nadie dejó indiferente desde que salió hasta que regresó pocas horas después a su templo. Como si alguien hubiera abierto el tarro de las esencias, esa fue la sensación de la mayoría del pueblo que se congregó en esta ocasión para ver una estampa que a buen seguro nadie habría tenido la ocasión de ver, pues el crucificado salió por ultima vez en el año 1916.

Las andas del Cristo de la Salud de San Bernardo llevaron al crucificado en esta salida, siendo una perfecta conjunción que ayudaron más si cabe a emocionar a quien en su camino encontrase.  La centenaria Sociedad Filarmónica de Nuestra Señora de la Oliva de Salteras puso los sones a tan singular procesión. Unas piezas que juntas lograron una armonía que hizo que la semilla de la fe germinase en un grupo de devotos que desde entonces y hasta ahora no ha hecho más que crecer con el impulso de la comunidad carmelita, que ocupa el convento.

Un día como hoy hace un año el Cristo de los Desamparados salió y tal fuerza transmitió que encontró el abrazo del pueblo Sevillano y de cientos de personas que no se conforman con aquella ya lejana ocasión, sino que sueñan con ver a la talla del Maestro al menos una vez al año procesionando por las históricas calles del corazón de la ciudad hispalense.