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Polvo somos y en polvo nos convertiremos….Empieza una nueva Cuaresma

Hoy es Miércoles de Ceniza. Caprichoso el destino como siempre, ha querido que este año coincida con el día de los enamorados. Pero más allá de coincidencias, mucho más, es un día especial, pues se abren las puertas de una nueva Cuaresma, como aquellas grandes y pesadas estructuras que cerraban las ciudades amuralladas en épocas pasadas, se abren hoy para dar comienzo a la cuenta atrás de 40 días que nos separan de la semana mayor.

No quiero dejarme en el tintero a nadie, porque en la casa del señor cabemos todos. Quiero recordar que nunca, jamás, se puede caer en el pensamiento de que es una más, que otra vez llega la cuaresma, porque nunca llega ni nunca se va. Cada una es distinta y en cada alma cristiana siempre vive el mismo sentimiento, día tras día, pasen los días, los años y las generaciones. ¡Qué nunca se pierda la ilusión y el espíritu cuaresmal!

Por ello mismo, por no caer en un insípido sentimiento en esta época, escribo estas líneas. Quiero acordarme de aquellos que por alguna razón hayan podido perder el ensueño, quiero animar a buscar dentro de cada uno esa pasión que en algún momento inundó lo más profundo de su ser. Ser eternamente un niño, que ansía por alcanzar ese momento, ese día tan esperado, ese es el mejor remedio. Es tiempo de reflexión, por ello mismo buen momento es para recordar y reavivar esa llama que algún día nos alumbró.

Ese ímpetu de los niños, que en la borriquita comienzan a hacer penitencia, a ellos que tan importantes son también me quiero dirigir. Desde tan temprana edad, crecen ilusionados por vestir su túnica, llevar un cesto de mimbre,  dar caramelos y estampas, ver caminar poderosos misterios o escuchar suaves melodías. Esos niños, pero también  los más mayores, que transmiten su fe a sus pequeños, pasando de generación en generación tan preciosa como propiamente nuestra, tradición. Niños y mayores, no hay edad para tomar el camino de la fe, quién ultimo llegue será siempre bien recibido, aquí nadie te va a mirar el número de hermano o dónde tienes la papeleta de sitio, va más allá, mucho más, es algo que traspasa fronteras, no son más que puros sentimientos, que ojalá todos tuvieran la suerte de vivir, y los que como yo los vivan, me entenderán.

Es tiempo de acordarse de los que ya se fueron, los que nos dejaron, y es que siempre alguien cercano nos deja, permaneciendo un rastro de él eternamente, y alcanzando antes que los que aquí quedamos, la Gloria de Dios Padre Todopoderoso. Acordémonos de los abuelos, tíos, primos, hermanos y padres que ya no están, pero que nos dejaron una herencia infinita. No hay cosa más pura y más humana que acordarse de los que ya no están, y es que un ángel se nos ha ido, se fue con una aguja y un dedal, una estrella brilla un poco más, y tendrá  el cielo un color más bello, va por ti Pepe Garduño, y por tantos otros anónimos y conocidos por todos que nos dejaron encendida nuestra  propia candelería.

El ambiente es distinto, así lo ven mis ojos y lo sienten mis nervios que van en aumento. Huele ya a ese perfume bendito que purifica a todo aquel que alcanza, el rumor de las calles suena a túnica nueva y capirote, la noche siente un racheo de pies por las calles, la espera deja de ser callada, y aún sin hacer ruido, amigo mío, tú y yo sabemos lo que digo.

Comienza con ilusión una nueva Cuaresma, porque sí no es así, no la empieces, porque no habrá empezado para ti, porque no es sólo hoy, es cada día. Y recuerda, no eres más que nadie ni nadie será más que ti, porque polvo somos y en polvo nos convertiremos.

(Vídeo Miguel Ángel Vilas)