“…. en tu espera, yo espero, brotan en mis recuerdos los aromas de tu esencia, los sonidos de ese deseo que late en mi interior, en el tuyo. Mi alma es tuya, y con ella, todos mis sentimientos”
Sevilla…
A veces, tenemos lo que nos merecemos. Y somos todo cuanto queremos ser. En nuestras manos está… cada cuatro años.
Días donde te piden renunciar a tu idiosincrasia. Renunciar y reprimir valores que atesoran años de tradición, de reconocimiento y de creencias. Y de fe.
No lo van a conseguir, es una obviedad. Pero ahí están poniendo la primera piedra…
Y es justamente en ese punto de inflexión donde me detengo a sentir la importancia de sus acciones.
Cambiar a Sevilla, o querer cambiarla, es cambiar, o querer cambiar, el espíritu de sus sentimientos, de sus raíces, de su personalidad.
Y lo han querido realizar. Sin éxito. Pero ahí están…
Y es que estos muchachos, desaliñados, tanto física como espiritualmente, quieren cambiar, y no se enteran que aquí no hay posibles negociaciones al respecto. Somos así, y así queremos seguir siendo. No meterse en ná…
Aquí en cada casa, nuestras madres y abuelas le rezan al Gran Poder (plaza de San Lorenzo), a Santa Ángela de la Cruz (calle del mismo nombre), y cada vecino de la ciudad le reza a su devoción más cercana, que mire usted por donde, cada devoción, suele tener una calle en el entorno de su barrio o colación. Yo tengo la mía.
Pregunten en ese arrabal de Triana del Barrio León que piensan sus vecinos si les quitan las calles “Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder” o “Virgen de la Salud”, pregunten…
Y eso lo hago extensivo a todos los barrios, rincones y arterias de nuestra ciudad, cada uno vinculado a su devoción, y a sus titulares.
Tanto que hablan de acciones sociales populares…
¿Saben lo que las hermandades y cofradías de Sevilla hacen y realizan por los más desfavorecidos?
¿Saben la cantidad de hambre que quitan en esta bendita ciudad?
¿Saben la cantidad de desahucios que paralizan al hacerse cargo de hipotecas y alquileres de viviendas de familias?
¿Saben estos iluminados los gastos de luz, de agua, de colegios, que nuestras hermandades y cofradías, y por ende, la Iglesia de Sevilla, soportan y repercuten?
¿Saben estos muchachos, que gracias a Cáritas, o sea, la Iglesia, miles de familia viven y comen de forma digna?
Abogamos por un callejero donde nos recuerde donde vivimos y de donde somos. De tradiciones que nos llevan a nuestra propia cultura, a los sones de nuestras creencias. No soporto esos nombres de calles, plazas y avenidas innombrables, eso déjenlo para otros lares hagan el favor.
Y empleen sus tiempos en resolver los verdaderos problemas de nuestra ciudad, miarma.
Y disfruten, que no se van a ver en otra igual…
Y no le echen la culpa a ABC, y pónganse las mejores galas para representar a los sevillanos, oiga, que para hablar en nombre de Sevilla y su Semana Santa, tienen que estar a la altura de sus circunstancias, y esas, no las conocéis…
EGO SUM
“YO SOY”, tuyo siempre.
(Fotografía: José Campaña)