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El arte de la confrontación

¿Qué ganas cabreando a la gente? Eso deberíamos preguntar al Consistorio cordobés, que desde que llegó por la puerta de atrás y sin haber ganado unas elecciones, ha empleado su tiempo en buscar la manera de enfrentar lo religioso con el resto de la sociedad. Un simple cuadro como el de San Rafael, un crucifijo patrimonio de todos, que molesta a la vista de la que ocupa el despacho de la alcaldía, son meras excusas para crear discordia.

Pero a veces esos intentos rozan lo ridículo, es el caso de paganizar una fiesta religiosa como la de la patrona de la ciudad, la Virgen de a Fuensanta, que de ella solo queda el nombre (y veremos por cuanto tiempo), al ser eliminada de un plumazo del programa de actividades de la Velá. Es de justicia recordar que durante los años anteriores, el dinero recogido en la venta de comida y bebidas, gestionado por las cofradías, ha ido destinado a proyectos sociales, a personas desfavorecidas. Nos gustaría saber a donde va a ir destinado el dinero en esta ocasión, ya que, como es lógico en su sentir “antireligioso”, el ayuntamiento ha prescindido de la gestión cofrade.

Las risas llegan a su punto culmen, cuando hacen coincidir de manera “malintencionada” dos eventos muy dispares, un desfile de gays y lesbianas con toda su parafernalia propia, con la salida extraordinaria de la Hermandad de Jesús Caído por su 250 aniversario, un acto programado desde hace más de un año. No crean en las casualidades por favor. Hace cuestión de pocas semanas se amenazaba desde el Ayuntamiento en cobrar a las cofradías por salir a la calle, dada la escasez de efectivos, según ellos, pero curiosamente hacen coincidir ambos acontecimientos, con el despliegue policial que ello requerirá.

Esto es lo que hay, esperemos que la inteligencia abunde. Pero ¿Tanto cuesta no hacer el ridículo?