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La causalidad de los incidentes desorganizados de la Madrugá

Los incidentes fortuitos ocurridos en la pasada Madrugá han sido considerados por la Magistrada que lleva el caso, como no organizados ni promovidos por una acción más allá de lo que es la casualidad.

Según la Juez, fueron fruto de un punto inicial, causado por la pelea cercana al Arco del Postigo, que produjo las demás alteraciones en la ciudad. A pesar de ello, aún no se tiene constancia de la unión horaria aparente entre todas las revueltas ocurridas, la forma de llevarlas a cabo y los puntos claves dónde se desempeñaron.

Actualmente, hay tres personas que están en investigación del suceso y al menos doce detenidos. De éstos, tres están en prisión con posible pena de cárcel por realizar desorden público con instrumentos de índole peligrosa y por la situación de alarma generada, ya que son delincuentes habituales. Los tres investigados dicen negar que ellos fueran causantes de las avalanchas. Afirman que ellos mismos se vieron afectados cuando estaban “disfrutando de la noche”, aunque no estuviesen viendo cofradías.

Todavía se tiene previsto llamar a declarar a los más de cuarenta afectados por los incidentes, para solucionar cada perjuicio y daño en concreto. Los letrados que los defienden y que realizarán la acusación de forma gratuita, dicen “buscar la verdad para que esto no se vuelva a repetir”.

El Gobierno Andaluz remarca la inexistente unión entre los delincuentes y detenidos del caso y, afirma que fueron un grupo de personas que aprovecharon la situación para sembrar el pánico en una de las noches más especiales de la ciudad.

La Policía Nacional sigue trabajando dentro de todas las posibles teorías, utilizando las fuentes de los testigos y afectados, junto con los videos que se realizaron en los puntos claves. Con ello, tachan de una posible organización de las carreritas y marcan en el Barrio del Arenal el posible comienzo de las avalanchas en cadena que surgieron, y sucedieron por una serie de más de diez lugares extendidos por todo el centro de la urbe.

Y según hemos visto, éstos delincuentes lo consiguieron y, además demostraron el poco respeto que hay desde fuera hacia las cofradías, hacia los penitentes, nazarenos y cortejo, hacia los mismos que ven a las hermandades. La Madrugá sevillana pasada puede ser el ejemplo de en lo que estamos convirtiendo la Semana Santa. Y poco ocurrió para lo que podría haber pasado.

El respeto se ha perdido. El respeto entre los que no quieren a la semana santa, los que vivimos la pasión todo el año, los cofrades de Semana Santa y los propios que salen a ver pasos. Si no tenemos el respeto entre los que estamos dentro, muy posiblemente, no se tendrá respeto de fuera hacia dentro, ni será recíproco hacia fuera. Ya no le tenemos ni estima, ni devoción, ni miramiento, y mucho menos, empatía hacia nada.

Todo se ha consumido y apagado. Vivimos la gloria como si se nos viniera dada. Se nos eluden y escabullen las formas, seguiremos conviviendo con aquellos que solo salen a la calle a impedir el disfrute.

Lo vivido ya pasó, permaneceremos siempre con lo que nos llega y nos conmueve, con los buenos y mejores momentos. Seguiremos año tras año con esto. Tenemos lo que nos merecemos. Estamos pagando justos por pecadores.

 

(Fotografía José Campaña)