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La Virgen de Guía vuelve a San Martín

Nuestra Señora de Guía, titular mariana de la Hermandad de la Lanzada, ha sido repuesta a su culto en su Iglesia de San Martín, el pasado miércoles 19 de febrero.

La intervención ha sido realizada por Juan Manuel Mirñarro y ha tenido una duración de tres meses y medio. Según explica en su informe “tras los estudios llevados a cabo en el año 2008 y los realizados en la Semana Santa de 2019, durante la intervención de la imagen se ha procedido como objetivo prioritario, a la eliminación de las diferentes patinas y veladuras pertenecientes a la restauración llevada cabo en el año 1982 por José Rivero Carrera, una vez que comprobamos, tras el la exploración científica y el programa de diversas catas, que la imagen conservaba una encarnadura bien conservada y no de mala calidad”.

La limpieza se ha realizado en las manos, rostro y cuello y “como es normal tras la limpieza procedimos a la reintegración de la pérdidas o lagunas de aparejo y encarnadura, a la cristalización de los ojos pintados, a la renovación de las pestañas y de las lágrimas”. Esto se debe a que durante la intervención se compruebó también como los ojos de cristal que la imagen tuvo en origen no existen, “luego tuvieron que ser eliminados en el año 1982 por una vía de abordaje visible por el cráneo, por la cual existió abordaje al interior sin abrir la mascarilla, siendo sustituidos por un relleno de pasta de madera de naturaleza epoxídica”. Dicha pasta, comenta Juan Manuel Miñarro, “ya comprobamos durante la restauración de la Virgen del Buen Fin que fue una materia de uso frecuente por Rivero Carrera para reconstruir soporte o realizar rellenos con intención de consolidar estructuras”.

También se ha procedido a reforzar el sistema de fijación del candelero al paso y se abordaron trabajos complementarios, procediendo a las labores de renovación de articulaciones adaptándolas mediante nuevos juego brazos torneados en madera de sapelli, e implementados con los modernos sistemas de rotulas y muelles de presión ajustables a través de monomandos, al igual que las articulaciones realizados para la imagen de la Esperanza Divina Enfermera en su reciente restauración.

Concluye su informe el profesor Juan Manuel Miñarro que, a su juicio, “la imagen de la Virgen de Guía ha recuperado en gran parte el aspecto que tuvo que haberle dado Antonio Illanes en el año 1971, fecha con la cual dejo inscrita su firma en la parte posterior del cuerpo”.

El restaurador ha querido “rendirle un cumplido homenaje a la memoria de Antonio Illanes, con una obra con la cual, según reza en la historia de la hermandad, nunca tuvo un éxito claro, siendo fruto incluso de repetidas controversias, las cuales espero que a partir de ahora queden zanjadas”.