Indefectibles, y benditos, preludios
La Semana Santa, desde donde la vemos tantos, se alimenta de un preludio. De señales visuales, pictóricas, olorosas, intangibles…y hasta cabría decir hormonales. Podría ser esta última una afirmación peregrina, un dislate en un tiempo propicio para perder la cordura. O tal vez sea la más certera. Si hacemos una introspección, es decir, nos miramos […]
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