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Así será la incorporación de la Santa Mujer Verónica en el paso del Cristo de la Caridad de San José Obrero

La semana pasada, la hermandad de San José Obrero aprobó el proyecto de realización de una imagen secundaria para el paso procesional de Nuestro Padre Jesús de la Caridad diseñada por Fernando José Aguado Hernández.

Esta idea que nace del mismo autor, viene a continuar el proyecto iconográfico del paso procesional donde se quiere representar la Virtud de la Caridad desde una visión más completa y representativa, mostrando en la estación de penitencia el paso procesional, la Caridad en todos los momentos y características también presentes en el camino del Calvario de Jesús.

Es por ello que, se ha optado por incorporar a la Mujer Verónica en el paso, ya que junto a Simón de Cirene son las dos únicas personas que tuvieron Caridad con nuestro Señor cuando iba con la cruz camino del Calvario. La Santa Mujer, con aún más hincapié de manera voluntaria y piadosa.

Y si bien es cierto, que el episodio de la mujer Verónica no aparece en los evangelios canónicos, como si aparece el de Simón de Cirene o María Magdalena; sí se cita todo lo que se refiere a ella en los evangelios apócrifos.

La representación de Verónica no apareció hasta el siglo VII en relatos relacionados con el Nuevo Testamento y el período que lo comprende. Y es a partir del siglo XV cuando llegó a ser tan popular que los fieles comenzaron a sentir por ella una verdadera devoción, hasta el punto de incorporarla en el relato de la Pasión y convertirse naturalmente en una figura tradicional del Vía Crucis.

Si su historia es legendaria, también lo es su nombre. Mencionada en sus orígenes bajo el término de «mujer piadosa de Jerusalén», pasó a tener luego el nombre de «Verónica» para facilitar su denominación. Un nombre que nos recuerda el episodio del velo, ya que Verónica significa en griego «verdadero icono».

La tradición y la leyenda de la Mujer Verónica, aplica muchos calificativos propios y legítimos, para enjuiciar la labor y el cometido de la Santa, que abriéndose paso y con decisión firme, se acercó a Jesús y con una tremenda delicadeza, con cariño de mujer le limpió con su pañuelo, en aquella calle de la Amargura, ante una turba de sayones, soldados y gentío que no se querían perder el espectáculo de un reo que portaba la cruz de su martirio, y que como cordero iba a sufrir su muerte. Si bien no se ha demostrado la existencia de Santa Verónica, su figura, celebrada cada año el 4 de febrero, lleva consigo un mensaje altamente simbólico.