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El divorcio y la separación matrimoniales, a debate en El Calvario

Que las hermandades son parte estructural de la Iglesia es una aseveración incuestionable. Que son entes vertebradores de la sociedad y espacios aglutinadores y de convivencia, también. Y en ese equilibrio, en esa complementariedad de virtudes y caracteres, reside la evolución o no de las mismas. Las hermandades se deben a la Iglesia, pero las realidades sociales no entienden de credos o de dogmas.

La hermandad del Calvario ha organizado, para este próximo viernes, una mesa redonda que lleva por título La separación y el divorcio desde la perspectiva cristiana. Posicionamiento de las hermandades y cofradías, una iniciativa absolutamente pionera o, al menos, de magnitud desconocida por la apertura de la cuestión a la participación de hermanos y cofrades. Porque, no neguemos la mayor, es un asunto espinoso con infinitas aristas por pulir pero que está presente en el día a día de nuestras cofradías. En dicha mesa participarán Carlos Rodríguez (licenciado en derecho y profesor de la Universidad Pablo de Olavide, del máster de abogacía de la US y de la Loyola) y don Rafael Muñoz, Delegado de Familia y Vida de la Archidiócesis.

«Vamos a tratar cómo ve la Iglesia Católica la situación en la que se encuentran las personas que, por un motivo u otro, han llegado a una ruptura de su matrimonio, en concreto este caso en el que se encuentran separadas o divorciadas. ¿Cómo acoge la Iglesia en esas situaciones a los cofrades y qué tiene que decir? ¿Cómo afrontan las hermandades y cofradías la situación para que estas personas puedan ser parte activa de la Iglesia o de una junta de gobierno?»

Es lo que se propone Rafael Bescansa, diputado de formación e impulsor de este proyecto. Notario de profesión, será el encargado de moderar la mesa y, además, de exponer su experiencia, puesto que también se dedica a divorciar o a casar a personas. «Queremos tratar el hecho de que el Papa bendiga a parejas de hecho o a personas homosexuales. ¿Se acogerá a estas personas para que pueda, con todas las garantías, volver a contraer matrimonio civil y sea posteriormente aceptado por la Iglesia, y así formar parte de las cofradías?», indica. La intención es tratar con naturalidad pero con argumentos este asunto, de ahí la invitación al Delegado de Familia Vida.

A nadie se le escapa que actualmente hay personas que se ven excluidas de la Iglesia por encontrarse en esta situación. «Para ser parte de una junta de gobierno debes pedir una dispensa donde acredites que llevas una vida cristiana, que no estás casado otra vez, que no convives maritalmente con otra persona, que llevas una vida ‘ordenada’… Queremos profundizar en qué situación se encuentran para que abiertamente puedan mostrar su condición», apunta Bescansa.

Dudas y normalización

Para enriquecer la mesa con más testimonios, este diputado ha contactado con hasta tres personas, miembros actuales de junta de gobierno de diferentes cofradías, para exponer la situación. «Las tres han declinado participar en el tema. Es un indicativo de que a día de hoy una persona que se encuentra divorciada participa en una hermandad pero con perfil bajo, procura no destacar y que no se conozca su situación. No está normalizado el asunto de los divorcios».

Carlos Rodríguez, el otro ponente, es profesor, como se ha indicado. Creyente y cristiano, también trabaja con divorciados debido a su profesión y domina el tema con una base sólida. La cita será este viernes, día 12, en la casa hermandad, en la calle Gravina, a las 21:15 de la noche. Un primer paso esencial para adaptar nuestras cofradías a lo que el mundo, y la propia sociedad, necesitan. Y la primera fue el Calvario.