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Crónica del año 2023: el auge del fervor popular

Sevilla despide un año más, y en Cinturón de Esparto ofrecemos la crónica de doce meses donde nuestras cofradías han protagonizado diferentes noticias de un impacto positivo en la mayoría de las ocasiones, aunque también han acaparado titulares que han resultado perjudiciales para ellas. Fue el año de la Semana Santa completa, con todas las cofradías haciendo Estación de Penitencia, un regalo que la ciudad no disfrutaba desde 2017, que fue rozado en el 2018 y que era más esperado aún tras la pandemia y las lluvias de 2022. Y, por supuesto, el año del acontecimiento que centraba la mayoría de las conversaciones cofrades meses atrás: el Santo Entierro Grande.

Apacible Cuaresma

Las cofradías comenzaron el año mostrando las condolencias por el Papa Emérito Benedicto XVI, fallecido el 31 de diciembre de 2022, el Pontífice que presidió en 2011 el Vía Crucis de la JMJ de Madrid al que asistió la Virgen de Regla. Al contrario de lo acostumbrado, el Tiempo Ordinario y la Cuaresma transcurrieron con una tranquilidad inusitada al tener el Consejo de Hermandades cerrada la reforma de la Semana Santa antes de la Navidad de 2022.

Solventadas estas habituales cuestiones, hubo tiempo para poder disfrutar de las exposiciones que se celebraron en diferentes enclaves del centro de la capital, como la dedicada al Santo Entierro Magno en el Mercantil o la que rememoraba en Cajasol la fundación del Lunes Santo hace cien años.

El 25 de febrero fue presentado el cartel de la Semana Santa, obra del pintor Daniel Franca, con la Estrella de protagonista. Era ya primer sábado de Cuaresma y, dos días después, el Cristo de las Almas de la hermandad de los Javieres presidía el Vía Crucis de las hermandades, en un acto que concentró a centenares de personas en la que era la primera salida a la calle del crucificado de Pires Azcárraga desde 2019. Un mes más tarde, el domingo 26 de marzo Enrique Casellas pronunció un aplaudido pregón que contó con unánime aceptación. ¡Sevilla, bendita seas! Cerraba así su disertación el poeta. Y Sevilla aguardaba su bendición.

Magna, completa y reformada Semana Santa: ¿la mejor de la historia?

Durante la semana de Pasión se dispararon las consultas a las webs de meteorología y casi todas traían buenas noticias: se esperaban días soleados, tiempo estable que se fue consolidando con el transcurso de las jornadas. El Viernes de Dolores, todas las iglesias del centro bullían desde bien temprano. Tanto las vísperas de este día como las del Sábado de Pasión lucieron con el esmero que les permite su corta historia y arraigada devoción en los barrios a los que pertenecen.

Se iniciaba así la Semana Santa de la gran reforma llevada a cabo por el Consejo de hermandades en diversas jornadas, provocando descontentos y satisfacciones en las corporaciones afectadas. Una Semana Santa en la que el Consejo informaba puntualmente del tiempo de paso llevado a cabo por una hermandad en el palquillo de la Campana y en la Puerta de Palos, del adelanto dejado o retraso acumulado. Un cronometraje que desmontó algunos mitos y provocó más de un debate por redes sociales, pues a pesar de los cambios introducidos por el Consejo, en algunas jornadas se produjeron retrasos y aumentó el descontento de la mayoría de las hermandades reacias a la reforma.

 No obstante, estos cambios motivaron algunas de las estampas más inusuales de este año: el Cerro regresando por Francos y el puente de los bomberos, el Buen Fin o el Valle haciéndolo por el Postigo, la Amargura transitando por la Campana de día, el Gran Poder pasando por el Baratillo y la Esperanza de Triana accediendo a la Carrera Oficial por la Plaza Nueva.

Fue la Semana Santa en que se cumplieron cien años del misterio de la Bofetá y otros cien desde que el Museo, seguido de las Aguas, fundara el Lunes Santo, en el que la Estrella salió con el palio de Ojeda y el Señor lució la túnica de los cardos. Y en el que todas las miradas se centraron en el amplio cortejo de la Macarena, que solventó la cuestión del cumplimiento de los horarios a costa de tener a sus nazarenos en fila de cuatro durante gran parte del recorrido.

 Y si la reforma de la nómina dejó estas imágenes inéditas, el Santo Entierro Grande las dobló. Con motivo del 775 aniversario de la conquista de la ciudad, la hermandad llevaba planeando este evento desde la primavera de 2022, siendo desde entonces tema central en las tertulias (así lo reflejamos en la crónica del pasado año) y en él participaron un total de quince pasos más los tres de la cofradía del Sábado Santo.

Las hermandades participantes se afanaron por hacer especial la celebración, modificando la estética de los pasos, el exorno floral o la vestimenta de las imágenes, como en el caso del Señor de la Sentencia, el Cristo de las Tres Caídas, Pasión, Montserrat o la Exaltación. Un esfuerzo titánico por parte de las priostías, especialmente las de aquellas hermandades que habían realizado su estación de penitencia en las jornadas cercanas al Sábado Santo.

Todos recordamos las imágenes que aquel día nos regaló, por lo que no es necesario detenerse mucho en ellas, permitiéndome recordar a Pasión y la Amargura formando un solo cortejo desde el Duque hasta el Salvador, el Señor de la Sentencia cruzando la Alameda de día y volviendo por San Luis, Montesión por el Arenal acompañado de la Agrupación de Arahal, el Calvario a la luz de la tarde y el Cachorro con potencias y la banda de la Puebla buscando la Campana por Chapina y el Museo, donde las dos Expiraciones de Sevilla quedaron frente a frente.

La trascendencia de esta Semana Santa completa y con evento magno hizo que muchos comentaran tras la misma que había sido la mejor de la historia. Es desde luego la que más pasos ha puesto en la calle, pues en 2004, último Santo Entierro Grande antes de 2023, llovió y además la nómina no contaba con el actual número de cofradías, ni en las vísperas ni entre las que hacen estación de penitencia a la Catedral.

Tomando en cuenta esta positiva consideración, así como el no menos positivo hecho de la ausencia de accidentes desagradables vividos no hace mucho, sería posible considerar a la Semana Santa de 2023 como la mejor de la historia, pero nosotros optamos por abrir el debate y dejar el interrogante sin respuesta teniendo en cuenta otros aspectos: ¿qué pasa con el propio pueblo? ¿es el mejor de la historia? ¿Ha olvidado la bulla cómo comportarse en Semana Santa?

El público es cada vez más maleducado, falta al respeto en consideración, “se va a las manos” con mayor rapidez, forma grupos que se colocan con sillas y un arsenal de comida y bebida en una bocacalle por la que no pasará una cofradía hasta dentro de tres horas y se niegan a dejarte cruzar…

¿Y las propias hermandades, que de forma tan explícita dejan entrever sus diferencias entre ellas y su falta de solidaridad, dejando así que se ponga en duda el concepto que las define? ¿Están las hermandades y cofradías de la mejor Semana Santa de la historia “mejor que nunca”? Valorar la Semana Santa debe ser algo más que una cuestión de cantidad, también de calidad.

Otro otoño extraordinario

El año 2022 fue también un año prolífico en procesiones extraordinarias. El 2023 parecía que sería más tranquilo en este aspecto, un breve paréntesis que nos prepararía para un 2024 en el que ya se barruntaban varias efemérides. Sin embargo, con el transcurso de los meses comenzaron a sucederse noticias que nos colocaban ante un nuevo ciclo de procesiones extraordinarias en otoño.

Así, el 27 de octubre, la Virgen de las Angustias de los Gitanos se trasladó bajo palio a la Catedral para la misa que inauguraba el Congreso de Hermandades de los Gitanos que se celebró en Sevilla durante todo el fin de semana. La imagen regresó al término de la misma acompañada por la Banda de las Nieves y multitud de fieles. Un día más tarde, otro palio se puso en las calles: el de la Virgen del Rosario de la Milagrosa, que fue hasta el vecino hospital de San Juan de Dios donde le fue impuesta la Granada de Oro de la Orden Hospitalaria.

Un mes después, otro fin de semana extraordinario llenó las calles de Sevilla…y de Triana. El viernes 24 la Giralda recibía a la Virgen de Valme, que llegó desde Dos Hermanas en un descapotable regalando estampas para el recuerdo y quedando depositada la imagen en la Capilla Real para, un día más tarde, presidir un pontifical y salir acompañada de la imagen del Rey San Fernando, que tallara Pedro Roldán, por el entorno de la Catedral conmemorando el 775 aniversario de la conquista de la ciudad. 

La talla fernandina regresó a la localidad nazarena de la misma forma que había llegado la tarde del domingo 26. Ese mismo día la Triana añeja de la calle Castilla, Pureza, San Jacinto y Alfarería se arremolinaba en torno a la Virgen del Patrocinio, que celebraba los cincuenta años de su hechura.

A todos estos acontecimientos extraordinarios debemos sumarle la procesión que el sábado 17 de junio llevó al Sagrado Corazón, acompañado de la Agrupación Virgen de los Reyes, a la Catedral para presidir una misa por el 125 aniversario de la Consagración de Sevilla al Corazón de Cristo. Regresó la imagen de Antonio Illanes a Nervión la tarde del viernes 23, acompañado por la Banda de las Tres Caídas de Triana.

Entre tanta eclosión extraordinaria, resultó sorprendente la negativa de Palacio a la hermandad de la Cena para que la Virgen del Subterráneo realizara un Vía Lucis extraordinario con motivo del 75 aniversario de la proclamación del Voto de la Realeza de María.

Esta dinámica se repetirá durante los dos próximos años. Por diversas efemérides, en 2024 tendrán cultos públicos extraordinarios la Hiniesta Gloriosa, la Salud de San Isidoro, el Cristo de Burgos, los Estudiantes y la Estrella. A ello le sumamos la coronación canónica de la Piedad del Baratillo y la controvertida procesión magna del 8 de diciembre que cerrará el Congreso de Hermandades y Religiosidad Popular. Por su parte, para 2025 están anunciadas las coronaciones de la Virgen del Rocío y de la Pastora de Santa Marina, y se barruntan actos extraordinarios de la Esperanza de Triana y la Macarena con motivo del Año Jubilar.

Instituciones y Patrimonio

En 2023 Sevilla ha recibido el nombramiento de dos nuevos obispos auxiliares, Teodoro León y Ramón Valdivia, que complementan de esta forma las funciones de Monseñor Saiz Meneses, quien hasta el momento se muestra en amplia consonancia con el mundo de las hermandades y cofradías, como prueban las líneas del epígrafe anterior.

Año de cambios en el poder municipal, con un nuevo alcalde, José Luis Sanz, y un nuevo delegado de Fiestas, Manuel Alés, que ya han manifestado su voluntad de reducir los aforamientos y la presencia de vallas en las calles durante la Semana Santa así como de revisar las competencias del CECOP.

Por su parte, la Junta del Consejo de Hermandades, con su presidente Francisco Vélez a la cabeza, en las últimas semanas del año ha hecho frente a una reestructuración de la reforma que, la misma Junta, realizó el año pasado. Hay cambios en el Domingo de Ramos, con una permuta entre la Cena y la Paz. La corporación del Porvenir irá tras la Hiniesta y la de los Terceros delante de San Roque. El Jueves Santo vuelve al orden acostumbrado, con algunas novedades en los recorridos de Montesión y el Valle. Y el Martes Santo pondrá en marcha el plan previsto desde 2022 con el siguiente orden: El Cerro (regresando por Puerta de Jerez), San Benito, el Dulce Nombre, la Candelaria, San Esteban, los Javieres, los Estudiantes y Santa Cruz.

Se mantienen intactos el orden del resto de las jornadas a pesar del reclamo del Museo de adelantar puestos el Lunes, del rechazo del Gran Poder a seguir dando rodeos por el Arenal en la Madrugada y del claro descontento de algunas corporaciones del Miércoles Santo con el orden de 2023.

En el apartado patrimonial debemos destacar la reapertura al culto de la Parroquia de Santiago, donde volvieron los titulares de El Beso de Judas temporalmente para su estación de penitencia y de forma permanente a partir de septiembre. En la misa de reapertura se anunció la mencionada coronación de la Virgen del Rocío.

En Semana Santa pudimos disfrutar del nuevo manto de la Salud de San Gonzalo, obra de Jesús Rosado siguiendo diseño de Sánchez de los reyes, de la restauración de los respiraderos de la Virgen del Patrocinio, el manto de la Virgen del Socorro y el palio de la Virgen del Valle, que volvió a cobijar a la dolorosa del Jueves Santo después de que en 2022 procesionara sin él.

Además, en 2023 hemos conocido el paso proyectado por Fernando Aguado para el Nazareno de la Caridad de San José Obrero y han sido restauradas, o se encuentran en proceso, las imágenes del Cristo de Burgos, el Cristo de las Aguas y el Señor de la Sagrada Resurrección.

Unas obras en el ex convento de San Antonio de Padua obligaron al Buen Fin y a la Pastora de San Antonio a residir durante los meses estivales en San Lorenzo, donde sus titulares recibieron culto. Y en San Gregorio, el Santo Entierro pidió ayuda urgente para solventar unos desprendimientos del techo de su capilla.

El año del Cachorro

El 2023 fue el año en que se vivió la decisión histórica de suspender la procesión del Corpus por la lluvia, en el que las fuertes olas de calor hicieron estragos en los cortejos de las vírgenes del Carmen de julio pero dieron un pequeño margen para que la mañana del quince de agosto la Virgen de los Reyes procesionara sin unas temperaturas desproporcionadas, el año en el que dijimos adiós al vestidor y prioste Manuel Palomino, a los capataces José Andreu y Alberto Gallardo y al pregonero y poeta Antonio Burgos.

Pero si hubiera un nombre propio que resaltar es sin duda el del Cachorro. Ya sea porque se cumplieran cincuenta años de aquel infausto incendio que se llevó a la antigua Señorita de Triana y a punto estuvo de dejarnos sin uno de los pilares devocionales de la ciudad, efeméride esta que llevó a la hermandad a celebrar un Vía Crucis extraordinario con el crucificado por las calles de Triana el 26 de febrero y la procesión bajo palio de la Virgen nueve meses después. O ya sea por su integración en el Santo Entierro Grande, el debate musical que se abrió tras el mismo y su anunciada participación en la procesión magna del 8 de diciembre de 2024. El Cachorro ha sido constante noticia en este 2023.

Sería injusto pues no darle al rostro de Cristo expirante la oportunidad de cerrar esta crónica que, si ha llegado hasta aquí, le agradezco haber leído. Firmamos deseándoles un Feliz Año 2024 y mirando al cielo como hace el Cachorro. Por las guerras que no cesan, por la lluvia que no llega, por la dificultad de salir adelante que tienen muchos hogares, por otras pandemias calladas como las relacionadas con la salud mental. Miramos al cielo en este fin de año, tan sólo días después de que las Esperanzas pudieran darnos el regalo de volver a tocarlo con nuestros labios, esperando con ello encontrar el rostro de Cristo Crucificado en Sevilla.