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Se cumplen 772 años de la entrada de Fernando III en Sevilla, suponiendo este hecho la culminación oficial de «la Reconquista de la ciudad», rendida el 23 de noviembre. Esta efeméride conlleva, de acorde a la tradición, que se cumplen los mismos años de la llegada a la ciudad de su devoción más antigua, la actual Patrona de Sevilla y su Archidiócesis, la Virgen de los Reyes. Un acontecimiento del que su Asociación de Fieles, que venera también al Santo Rey que ganó la ciudad, se ha hecho en sus medios oficiales.

Todos conocemos que la religión islámica no se caracteriza precisamente por representar figuradamente a su dios ni a su profeta. Ello explica que en la Isbiliya conquistada por Fernando III no existieran artistas del gremio de los escultores. Por tanto, las primeras representaciones de la Sevilla cristiana proceden de escuelas foráneas. Es el caso de la Patrona de Sevilla y su Archidiócesis, la Virgen de los Reyes. Una obra anónima del siglo XIII que responde a los trazos de la escuela francesa de Chartres. En torno a esta talla, como en otras de la época, giran mil y una leyendas, como aquella que señala que la imagen fue un regalo de Luis IX de Francia a su pariente Fernando III de Castilla y León. Un regalo entre reyes.

Otra de las leyendas en torno a su hechura sostiene que la Virgen se apareció en sueños al monarca castellano, que mandó hacer una talla de la Virgen María que la representara tal y como esta se le había aparecido, y que le acompañó durante la Reconquista hasta recaer finalmente en Sevilla. Hay quien sostiene que encargó diversas tallas de la Virgen sedente, explicando así el origen de otras imágenes marianas como la Virgen de las Aguas de la Parroquia del Salvador o la Virgen de los Sastres de San Ildefonso. No falta quien señala que la imagen que acompañaba al monarca era la Virgen de las Batallas, de la escuela de Reims, y que esta talla era la que realmente regaló Luis IX de Francia.

Las leyendas y la ausencia de fuentes muestran unos datos confusos acerca del origen de estas imágenes. No obstante, es obvio que la talla de la Virgen de los Reyes, de estilo gótico y entronizada con el Niño en su regazo, dejó tras de sí una estela larga, destacando entre todas las llamadas Vírgenes fernandinas, tomando su advocación por la vinculación, llamada a ser histórica, con el Rey conquistador, canonizado en el siglo XVII, y sus descendientes. El mismo monarca que hoy descansa a sus pies y al que se puede venerar en su magnífica urna en la Capilla Real de la Catedral. En el nacimiento de la nueva Sevilla cristiana está también el de una advocación que se hizo principal en la ciudad durante siglos, convirtiéndose en la primera imagen mariana en ser Coronada canónicamente en Andalucía (1904) y en recibir la Medalla de Oro de la Ciudad (1958).

En 2021 se cumplirán 75 años de la proclamación de la imagen como Patrona de la ciudad. En aquel año, 1946, tuvo lugar una procesión extraordinaria para celebrar semejante acontecimiento y en la que participaron también las Vírgenes del Pilar, el Amparo, la Reina de Todos los Santos, la Amargura, la del Valle y la Macarena. Hay quienes sueñan con la posibilidad de poder conmemorar este aniversario con alguna celebración que se le asimile, en el segundo semestre del año, en unas fechas en las que hipotéticamente la situación por la pandemia debe estar más controlada y cercana a la normalidad previa a 2020.