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El profesor Miñarro apunta a Juan de Mesa como autor de la Macarena

El profesor de la Universidad de Sevilla Juan Manuel Miñarro es un reconocido escultor del panorama artístico actual, caracterizado por aplicar sus amplios conocimientos anatómicos y forenses a sus imágenes pasionistas.

Recientemente ha respaldado su hipótesis sobre la autoría de la Esperanza Macarena, una imagen anónima del siglo XVII sobre la que muchos investigadores han propuesto un buen número de teorías sobre el escultor que la realizó. Miñarro apunta al famoso artífice cordobés Juan de Mesa.

Para realizar su estudio, ha usado lo que él denomina una técnica novedosa. Según su procedimiento, superponiendo capas al modo que lo hace la metodología forense con la fotometría, se evidencian grafismos coincidentes en el rostro con los de la Virgen de las Angustias de Córdoba, obra del famoso escultor cordobés. Con esta técnica, descarta otras atribuciones anteriores, como la de Cristóbal Pérez, la de Roldán, la de su hija Luisa Roldán o la de Ruiz Gijón. Ha llegado a esa conclusión tomando fotografías del rostro de las imágenes marianas características de esos autores, superponiendo el rostro de la Esperanza Macarena a cada una de ellas buscando coincidencias. Tras comprobar los resultados, observó que no se encontraban grafismos similares, salvo con la Piedad de la Mortaja, con la que presenta similitudes mayores.

Realmente, él mismo afirma que no todos los rasgos morfológicos coinciden con la obra de Mesa. Por ejemplo, carece de la típica incisión que presentan en la garganta sus imágenes marianas, así como un cuello alargado. Miñarro afirma que este hecho se da porque Juan de Mesa no sería el autor de la talla original, sino que habría remodelado una imagen de principios del siglo XVII, a la que le habría otorgado ciertos rasgos propios. Como él mismo afirma «Las depresiones marcadas sobre las cejas por la contracción del músculo superciliar es un detalle peculiar en sus imágenes dolientes, como se aprecia en ambas imágenes, así como en otras como el Gran Poder, el Cristo del Amor o el de la Buena Muerte». Igualmente, coinciden el entrecejo fruncido, el puente nasal amplio, los lagrimales, los pellizcos de las comisuras de los labios, el tabique nasal corto, el «arco del amor» (espacio entre la nariz y el labio) amplio o la ejecución de los dientes, realizados de manera individual, de forma detallada.

Finalmente, Miñarro se apoya en otros datos de tipo histórico para respaldar su hipótesis. Cuando se realiza la imagen en la primera mitad del XVII, el autor que en su opinión más trabajó para las cofradías sevillanas fue Mesa, cuyo taller estaba cerca de San Basilio. A esta cuestión hay que sumar el hecho de que un Hermano Mayor de la cofradía en ese momento era cordobés, tierra natal del imaginero barroco.