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Crónica del 2020: Vivir para contarla

Muy pocos cofrades pueden tener recuerdos de aquellos años en que la ciudad, por motivos políticos, se quedó sin cofradías en la calle. En 1932 salió solo la Estrella. En 1933 ninguna.

Pero la situación vivida en 2020 ha sido inédita desde todos los ámbitos. Aquellos creyentes que en la década de los 30 necesitaban acudir a contemplar las imágenes de su devoción a los templos, así como presenciar la celebración del Triduo Pascual, pudieron hacerlo.

Nosotros vivimos una Semana Santa encerrada a cal y canto, en la iglesia propia de nuestros hogares. Después, salimos y caminamos, no sin dificultad, y hasta con ciertos retrocesos que, afortunadamente, no llegaron al punto de partida. Y en ese camino nos fuimos encontrando con estampas insólitas que han marcado, de manera inevitable, nuestro ser cofrade.

 

Precuaresma: caminando junto al Señor

 

El año arrancó como de costumbre, con el Señor del Gran Poder celebrando su anual quinario en la Basílica de la Plaza de San Lorenzo, realzado en esta ocasión por la gran efeméride del año, el IV Centenario de la hechura del Señor por parte de Juan de Mesa. En noviembre de 2019 había comenzado el Año Jubilar que se prolongaría hasta el siguiente otoño, esperado en los Tres Barrios como fecha señalada para la llegada del Gran Poder en Misión evangelizadora.

Mientras el Consejo de Hermandades se afanaba en el espinoso asunto de la aplicación del 21% del IVA a las sillas y palcos de la Carrera Oficial, asunto que no pudo evitar pero que terminó siendo el menor de los problemas del año para la institución, la ciudad avanzaba en la Precuaresma recuperando los viejos debates de siempre y rememorando las estampas añejas de los primeros pellizcos del año: el besapiés y el traslado por las naves del Salvador del Señor de Pasión, el quinario de las Penas de San Vicente y de la Amargura, las igualás y ensayos de costaleros.

A finales de enero, otra de las hermandades que cumplía efeméride, la Macarena, mostraba su legado documental en el Mercantil. El 31 de enero se inauguró en Cajasol la exitosa exposición del Gran Poder “Mesa te esculpió. Sevilla te hizo”, que contó con la gran aceptación de los miles de ciudadanos que la visitaron. La luz del domingo de besamanos de la Paz era una nostalgia mensajera sin receptor alguno que supiera interpretarla. El fin de semana de la Candelaria, un servidor se encuentra visitando Granada. El coronavirus es algo aún lejano pero ya es un sonido más fuerte que el leve murmullo de las semanas anteriores.

El viernes 21 de febrero Cinturón de Esparto, en la Iglesia del Santo Ángel, se pone sus mejores galas para llevar a la Semana Santa de Sevilla su quinto cartel. Su autor, Juan Miguel Martín Mena, un consolidado artista nazareno que no dejó indiferente a nadie con su obra, nos invitó a buscar el rostro de Cristo en un acto en el que contamos con la voz de una leyenda de la radio como es Luis Baras, con las ensoñadoras notas del teclado de Daniel Albarrán y con los clásicos sones de la Banda de Cornetas y Tambores de las Cigarreras. El acto sirvió también para desgranar todo el programa de actos y eventos que, a lo largo del año, se desarrollarían para celebrar nuestro quinto aniversario.

 

Vía Crucis: los vaticinios de la Sentencia y la Salud

 

Se inició la Cuaresma y el ruido inquieto no dejaba de crecer. Mientras la ceniza caía sobre nuestra frente, mirábamos de reojo a Italia y, de frente, a los propios hospitales de nuestra tierra que empezaban a acoger los primeros pacientes afectados por el virus. En este contexto, la visita del Señor de la Sentencia en su Vía Crucis al Hospital Virgen Macarena estaba marcada por una emoción fuerte que se desbordaría cuando días después nos estalló la realidad de la crisis sanitaria.

Aquellas fotografías de un acto revestido de carácter extraordinario quedarán presentes en nuestras retinas. Como las de la muchedumbre que arropó al Señor de la Salud de los Gitanos en el Vía Crucis del Consejo General de Hermandades y Cofradías el lunes 2 de marzo. La corporación de la Madrugá se quitaba la espinita de aquel año de lluvia y llevaba Salud por todo el centro de la ciudad, hasta la Magna Catedral.

No deja de ser simbólico, ¿o es algo más que un símbolo?, que la última imagen en congregar numerosos fieles en un culto externo antes del estado de alarma fuese el Señor…de la Salud. Los renglones torcidos de Dios.

Esa misma semana terminó con el temor a una realidad cada vez más formada. Entre el viernes 6 y el domingo 8 de marzo las hermandades y cofradías comienzan a tomar decisiones en virtud de las recomendaciones establecidas por la autoridad eclesiástica: se suprime el saludo de la paz en misa, el agua bendita en los templos y se desaconseja el contacto físico con las imágenes. Una de las primeras corporaciones en seguir estas directrices es el Silencio, que coloca un cordón para evitar el contacto de los fieles con la imagen de Jesús Nazareno.

Si el final de esa semana fue temeroso, el inicio de la siguiente fue caótico. Los Estudiantes y San Isidoro estuvieron entre las primeras hermandades que suspendieron los ensayos de costaleros. Las decisiones fueron llegando en cascadas: supresión de traslados, de besamanos, de ensayos. Y hasta de los propios cultos internos.

 

La redacción de esta casa echó humo durante varios días, especialmente el día 13, cuando se suspende el Pregón de la Semana Santa y el 14, donde se comunica oficialmente la histórica decisión por parte del Arzobispado, el Ayuntamiento y el Consejo. El estado de alarma del Gobierno de la Nación provoca además la suspensión de misas y el cierre de los templos.

 

Las crónicas de la no Semana Santa

 

La primera semana de confinamiento la pasa un servidor contemplando el septenario de la Macarena por streaming, palabra que sin duda ha estado en el trending topic de los cofrades este año. Las cofradías apuestan por la digitalización en esos días tan duros para acercar así a los fieles las imágenes de su devoción. Pero sobre todo, las cofradías, sin excepción, apuestan por la caridad redoblando sus esfuerzos en mantener sus obras sociales y atender a todos aquellos que estaban siendo afectados por la pandemia, mostrando así el completo significado de la palabra hermandad.

Con estas noticias, y las de aplazamientos de cabildos, combatimos las últimas semanas de Cuaresma. El 24 de marzo los miembros de Cinturón de Esparto celebramos desde la distancia nuestro quinto aniversario y compartimos nuestros testimonios en la web. El 29 de marzo, Domingo de Pasión, el aguijón empieza a doler. El  3 de abril, Viernes de Dolores, la herida escuece. El día 5, Domingo de Ramos, se retuerce. Las hermandades y los medios se vuelcan en hacernos llegar una Semana Santa diferente, así como la Autoridad eclesiástica, que marca directrices para celebrar el Triduo Pascual en el interior de los hogares.

La Policía dejando un ramo de flores en San Julián, discurriendo ante los templos de la ciudad con marchas procesionales. La Estrella en el interior de San Jacinto sin poder repetir la estampa que vieron nuestros abuelos y algunos padres. A la hora de salir la Amargura chispea levemente en el Aljarafe.

Así, mientras en los hospitales miles de vida se consumían sin poder siquiera despedirse de sus seres queridos o tener un entierro digno y los sanitarios arrastraban la cruz de todas las calamidades que desfilaban ante sus ojos, nosotros fuimos contando la crónica de la “no Semana Santa”, entendida en el aspecto del culto externo. Por supuesto, la celebración litúrgica tuvo lugar y las campanas de la Giralda proclamaron el Domingo de Gloria la alegría de la Resurrección.

 

Las Glorias, el Rocío, el Corpus…

 

La semana de Pascua trae consigo la suspensión de las primeras procesiones del calendario letífico. Las Glorias quisieron respetar el tiempo de las hermandades de penitencia para manifestarse en este sentido. De todas las que debían procesionar en la primera parte, fue la Candelaria Madre de Dios la que intentó agotar todas las opciones posibles durante el mes de junio, amparados en la prometida nueva normalidad que, sin embargo, no incluía concentraciones de público “no seguras”.

El 23 de marzo había sido suspendida la Romería del Rocío. La triste e histórica decisión fue comunicada por el Presidente de la Hermandad Matriz de Almonte desde la Iglesia de la Asunción, donde la Virgen se encuentra desde agosto de 2019. No hubo pues carretas, mujeres de flamenca y caballistas por los adoquines de Sevilla para rezar a la Reina de las Marismas.

Sí se pudieron organizar por parte de las hermandades filiales algunos actos pues la desescalada ya estaba en marcha. No obstante, y para evitar aglomeraciones de público, la hermandad Matriz celebró en la iglesia almonteña los actos acostumbrados, como la Misa Pontifical y el Rosario, a puerta cerrada.

El 11 de mayo se inició la desescalada que permitió volver a abrir iglesias y templos, con aforo limitado y con otras condiciones a cumplir como el lavado de manos con gel a la entrada de los templos y la mascarilla obligatoria.

Algunas dolorosas aparecen vestidas de luto en señal de duelo por los fallecidos en la pandemia y el Gran Poder baja de su altar para acercarse a sus fieles toda vez que queda prohibido el tradicional besapié de la imagen en su camarín.

En estas fechas se abre la exposición “Tengo Sed” en Cajasol por el cincuenta aniversario fundacional de la corporación de Nervión. Una exposición que había quedado montada en esta sede durante los meses de confinamiento. En la Macarena, las obras de mejora de los camarines del Señor de la Sentencia y la Virgen del Rosario provocan una deliciosa estampa que reúne a los tres titulares de la corporación en el Altar Mayor. Y a mediados de junio los titulares de Montserrat regresan en secreto a su Capilla desde la Magdalena, donde se encontraban celebrando los cultos cuando se promulgó el estado de alarma.

En el mes de mayo también fueron suspendiéndose paulatinamente los Corpus de la ciudad. En lugar de la procesión solemne del Cabildo Catedral, el jueves 11 de junio se celebra una misa en la Catedral a la que asisten los representantes de los colectivos esenciales durante el confinamiento. Tras la misa, el Santísimo Sacramento, en manos del Arzobispo, bendice la ciudad desde la Puerta de la Asunción de la Catedral, en la Avenida de la Constitución.

 

La Virgen de los Reyes, un intento frustrado

 

Con la Virgen de los Reyes se retomaron las esperanzas por ver manifestaciones de piedad popular en las calles, gracias a las declaraciones del Presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella que, ante el éxito aparente de la desescalada, pensaba solicitar al Gobierno el regreso del culto público en torno a la Festividad de la Asunción de la Virgen María.

Fueron las semanas más confusas en lo referente a la asunción de responsabilidades. Por un lado se señaló a la Junta y, por otro, a los Ayuntamientos. El Arzobispo dicta que las posibles procesiones deberán contar con un doble visto bueno, el de la autoridad civil y el suyo propio. Finalmente, una declaración del consejero de Salud de la Junta de Andalucía da por descartada las procesiones en la calle hasta que la pandemia esté controlada. Esa declaración tiene lugar el 23 de junio. Al día siguiente suspende su salida el Carmen de San Gil. Le siguen el del Santo Ángel, el de Santa Ana y el de San Pablo.

El día 30 de junio se confirma otra histórica noticia: se suspende la procesión de la Virgen de los Reyes. Los restantes cultos se mantuvieron, sustituyéndose los besamanos por veneraciones, añadiéndose una veneración extraordinaria la mañana del 15 de agosto, con la imagen a los pies del Altar del Jubileo. Miles de devotos se dieron cita, respetando todas las medidas de seguridad, para rezar ante la Patrona de Sevilla y su Archidiócesis.

En el tiempo transcurrido entre finales de mayo y junio las hermandades pusieron fecha a cabildos y cultos aplazados. Por su parte, el Consejo, de acuerdo con las hermandades, solventó el problema del dinero de las sillas y palcos de la Carrera Oficial, que quedó a disposición de todo aquel que lo solicitara. Además, desde la calle San Gregorio se decidió suspender la presentación del cartel de las Glorias de 2020 así como el Pregón anunciador. El 23 de julio, esta casa tomaría lamentablemente una decisión parecida, ratificando a José Cerezal como cartelista de las Glorias de 2021.

 

La segunda ola

 

Los números empezaron a crecer en agosto y en septiembre ya los frenos chirriaban. La segunda ola estaba en marcha. El Juncal había suspendido su procesión en julio. La Pastora de Santa Marina estudia posibilidades que no llegan a cumplirse. La Pastora de Triana celebra una procesión claustral por el interior de Santa Ana como culmen a sus cultos.

El 9 de septiembre, la Misión evangelizadora del Gran Poder es aplazada para el próximo año o cuando las circunstancias de la pandemia lo permitan. Todas las hermandades que tenían actos extraordinarios tienen que modificarlos, aplazarlos o suspenderlos, como el Cerro, el Carmen Doloroso o la Lanzada. Ya en mayo la Macarena celebró el centenario de la muerte de Joselito con una misa y desgranó por los restantes meses del calendario otros actos y cultos por esta efeméride así como por el 425 Aniversario fundacional, siendo suspendido el besamanos extraordinario de la Virgen de la Esperanza.

La hermandad de los Estudiantes también celebró con restricciones de aforo, y aplazando cultos como la veneración al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, el cuarto Centenario de la hechura de la imagen por parte de Juan de Mesa. Por otro lado, los Servitas, para la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, y de forma extraordinaria por el tercer Centenario de la agregación a la Orden Servita, celebró un Triduo en San Marcos con el conjunto de la Piedad bajo el palio de la Virgen de la Soledad.

 

El Señor en la calle

 

El 1 de octubre Sevilla tomó una pausa para contener el aliento. Cuatrocientos años atrás, Juan de Mesa hizo entrega a la cofradía del Traspaso de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Ese día, la hermandad tenía previsto celebrar un Pontifical que recordara la efeméride, y, por condiciones de aforo, este tuvo lugar en la Plaza de San Lorenzo, aforada horas antes en sus calles aledañas para cumplir con las medidas de seguridad.

El Señor pisó por unos instantes el suelo de Sevilla. Fue llevado por hermanos costaleros en los escasos metros que hay desde el Altar Mayor de su Basílica a la puerta de la Parroquia de San Lorenzo. Desde allí, la imagen de Juan de Mesa miró a toda Sevilla, que presenció por internet el Pontifical. Durante los tres días posteriores, el Señor, estrenando la túnica de los devotos, estuvo en veneración extraordinaria, a la que asistieron numerosos fieles que en todo momento dieron ejemplo respetando las medidas de distanciamiento y de higiene, con uso de mascarilla y gel desinfectante.

Un ejemplo y una lección que desde algunas instituciones como la Junta de Andalucía pretendieron tomar como referencia para una posible alternativa a las procesiones de Semana Santa de 2021. Como todo en la vida cofrade, surgió un fuerte debate que acabó con la intervención de los obispos andaluces, que mostraron su rechazo a “sucedáneos de las procesiones”. Hablando de mitrados, el 15 de octubre cumplió 75 años Don Juan José Asenjo, que presentó su renuncia formal a seguir ocupando la sede hispalense, decisión además reforzada por sus problemas de salud y la marcha del Obispo Auxiliar, Don Santiago Gómez Sierra, a Huelva. Hace unos días, el propio Arzobispo reconoció que ha solicitado al Vaticano que aligere el proceso de su relevo ante el agravamiento de su situación física.

 

Del gris noviembre al diciembre de la Esperanza…a pesar de todo

 

El 25 de octubre la hermandad de San Gil celebra su Función Principal de Instituto, de nuevo con los tres titulares en el Altar Mayor, ante la imposibilidad de celebrar la procesión de la Virgen del Rosario. Ese fin de semana se promulga un estado de alarma que se prevé mantener hasta mayo, lo cual es una forma sutil de clarificar  el destino de la Semana Santa de 2021. Escasos días después, la Junta de Andalucía aplica el cierre perimetral a toda la provincia. Comienzan de nuevo los aplazamientos de cabildos electorales, o de cuentas, y se reducen los aforos en los templos, que adaptan, otra vez, su horario de apertura y misas.

El mes de los Difuntos asistimos al empuje más fuerte de la segunda ola, a la procesión claustral de la Virgen del Amparo por el interior de la Magdalena, al aplazamiento de la veneración de la Amargura, que había regresado en febrero de su necesaria restauración, llevada a cabo por Gutiérrez Carrasquilla y despedimos a dos figuras históricas del martillo, Carlos Morán y Luis León. El día 27 la Sed denuncia un robo perpetrado en su casa hermandad que deja al Crucificado sin sus potencias de oro y a la Virgen de Consolación sin la mayoría de sus joyas.

Con diciembre llega la Esperanza . Adelantada en las veneraciones del día de la Inmaculada, que algunas hermandades decidieron suspender. Y Esperanza a pesar de haber conocido hace unos días la suspensión oficial de las procesiones de Semana Santa por segundo año consecutivo. Esperanza en las vacunas que llegan dispuestas a salvar vidas. Esperanzas en el comienzo del final del túnel. Un final que está aún nítido en el horizonte pero que gracias a la Esperanza, que nos ofreció planos inigualables en los días de su Festividad, comenzamos a ver.

Es en este mes de diciembre cuando damos comienzo en Cinturón de Esparto a un nuevo proyecto llamado ‘Cinturón de Esparto Plus’, un programa de televisión semanal que comienza a emitir desde nuestro canal de YouTube.

Quedan aún tiempos duros pero si un mensaje, debe extraer Sevilla a modo de conclusión, es que a su lado, cuatrocientos años después, sigue caminando el Gran Poder de Dios, el Dios que ha nacido en el pesebre de nuestros corazones para enriquecerlo con la sabiduría de su luz, con la fuerza de la Fe. Ese es el mensaje de la Esperanza según Sevilla.