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Con tan solo 16 años cogió el martillo de San Gonzalo creando un estilo propio y desde entonces ha ido forjando una cuadrilla única.

Siempre al servicio de su hermandad, Manuel entiende a la perfección la simbiosis de cofradía y barrio. Sin duda, una figura clave en la hermandad del Barrio León.

¿Qué significa el barrio de San Gonzalo para Manuel Garduño?

Es el barrio donde nací, donde crecí y donde espero seguir disfrutando mientras viva, con todo lo que esto significa.

¿Cómo llega su vinculación con  la hermandad?

Como con otras muchas cosas, llegue a la hermandad de la mano de mi padre.

¿Cómo vivió su juventud cofrade?

Pues muy intensamente, como he dicho en más de una ocasión yo me he criado en mis dos hermandades, Estrella y San Gonzalo, mi día a día era junto a ellas.

¿Cómo era el mundo del costal en aquella época?

Era los principios de las cuadrillas de hermanos, donde había mucha ilusión, mucha juventud y muchas ganas por aprender.

¿Qué echa de menos de aquello?

Por aquellos tiempos los ensayos eran mucho más numerosos y las cuadrillas más recortadas en el número de integrantes, esto hacía que el trato entre todos los costaleros fuera más cercana, más familiar.

¿Cómo llega al martillo del misterio de San Gonzalo?

Tras el desgraciado fallecimiento de Juan Vizcaya, la cuadrilla le pidió a la junta de gobierno que me nombrara capataz, a pesar de contar tan solo con 16 años. Algo impensable hoy día que no creo que se vuelva a repetir, pero se dieron muchas circunstancias para que esto ocurriera así.

¿Cree que en la actualidad sobra protagonismo en el mundo del costal?

Lo del protagonismo se nos ha acusado desde los principios, cosa de la que no estoy de acuerdo. Como en todo colectivo tan numeroso, seguro que hay algunos que se equivocan, pero la gran mayoría de costaleros saben que los únicos protagonistas son los titulares de cada hermandad.

El misterio de San Gonzalo tiene un andar muy personal y característico. ¿Cómo lo definiría?

La cuadrilla del Soberano es la primera que introduce el izquierdo y con ello los cambios, aportando algo nuevo a la forma de llevar los pasos de misterios. Desde entonces hemos procurador hacerlo lo mejor posible dentro de nuestro estilo.

¿Cómo fue de amargo el pasado Lunes Santo?

Como para todos fue muy triste, con el agravante de vivirlo lejos del Señor y no poderse consolar uno con su mirada. Por buscar algo positivo también destacaría que dentro de la distancia recibí innumerables muestras de cariños, que hizo que todo fuera más llevadero.

¿Qué debe reunir el buen costalero?

Aparte de físico para desarrollar el trabajo de costalero, tener cabeza y espíritu de sacrificio.

¿Qué le parece la figura del costalero que saca muchos pasos en Semana Santa?

Mientras esté preparado para ello me  parece bien.

¿El Soberano de día o de noche en su regreso?

El Soberano en cualquier momento, sea de día o de noche. ÉL consigue que siempre sea un momento especial.

Cigarreras y San Gonzalo ¿La unión perfecta?

Yo no concibo al Soberano sin las Cigarrera detrás. Siempre hemos dicho que son la trabajadera del metal, la sentimos como una parte más de la cuadrilla.

¿Qué le pide a su gente de San Gonzalo?

Que no perdamos la idiosincrasia  de cuando éramos una Hermandad humilde, esto ha hecho que hoy en día sea como es.

¿Afición o devoción?

Para mí el costalero que reúna las dos cosas, tiene mucho ganado para ser un excelente costalero.

¿Qué significó la figura de tu padre, Antonio Garduño, un artista que aportó tanto para la Semana Santa de Sevilla, en tu vida?

Él dedico su vida a las cofradías, no le hacía nada más ilusión que hacer algún proyecto a la Virgen o al Señor fuera cual fuera su advocación, era su manera de devolverle el amor que sentía por ellos. No pude tener mejor maestro, aunque imposible de igualar.