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El palio rojo de la Macarena

Como todos sabemos la Macarena a lo largo de su historia ha poseído varios palios. Antes de que Juan Manuel Rodríguez Ojeda empezara la revolución estética en el mundo de nuestras hermandades y cofradías hispalenses, la hermandad de San Gil poseía un palio de plata de Ysaura fechado en 1858. Más tarde vendría el primer palio que Ojeda bordaría para esta hermandad, procesionando la Virgen de la Esperanza (de 1890 a 1908) bajo el conocido palio negro de Juan Manuel y Josefa Rodríguez Ojeda (hoy azul y propiedad de la Estrella). Dicho palio no fue vendido a La Estrella, sino que se lo devolvió a Juan Manuel como parte del pago del palio rojo, y fue el bordador quien lo vendió posteriormente a la cofradía trianera.

Es en 1908 cuando se estrena el “palio rojo” de Rodríguez Ojeda, con un diseño innovador, rompedor, único, y que desgraciadamente se deshizo esta hermandad por capricho de algún que otro mayordomo que no supo valorarlo en aquel entonces, ya que fue quien ordenó el desmontaje del palio juanmanuelino para que sus piezas se colocaran en mantos, sayas y otros enseres de la cofradía; es decir, destroza el palio para crear ajuar que aunque sean importantes, pueden realizarse y costearse de otra forma.

Solo se salvó el soberbio techo de palio, realizado en 1930 por el propio Juan Manuel y que por fortuna ha llegado a nuestros días. La hermandad manda a elaborar una copia del palio a los talleres de Victoria Caro en 1941, con un mal acierto tanto en proporciones como en diseño. Entre 1962 y 1965 bajo la dirección técnica de Esperanza Elena Caro siguiendo un proyecto original de Ignacio Gómez Millán que reinterpretaba el emblemático palio rojo salido del taller de Ojeda en 1908, fue estrenado con motivo de la coronación canónica de la Santísima Virgen de la Esperanza. Se crearía el actual palio de la Macarena, es decir, (la copia de la copia), aunque parezcan casi iguales en diseño, salvo estos dos últimos que están bordados sobre maya a diferencia del primero que está realizado sobre el juanmanuelino terciopelo rojo.

Los bordados del extinto palio de Ojeda están repartidos en varias piezas del ajuar de la Virgen. Es decir, la hermandad si quisiera, podría reconstruir aquella obra de arte aunque para ellos tuviera que desmontar los bordados de los enseres donde ahora se encuentran. Por ejemplo, el manto de los Cisneros realizado en 1967, la saya de otomán en blanco, la saya de tisú rosa o el manto blanco de camarín conocido como el de “los dragones”. Estas piezas salieron del palio rojo que bordó Rodríguez Ojeda en 1908, cuyos bordados fueron a parar a diferentes enseres entre ellos estas piezas anteriormente mencionadas.

Una historia que se repite en muchas hermandades y es que muchos de los cambios que se hacen, responden a caprichos personales de personas sin formación o sin criterio. Asignatura pendiente para una cofradía que en cuestiones patrimoniales está rectificando todo lo que no se hizo bien en el pasado. ¿Quién sabe si en un futuro volveremos a ver a la Macarena bajo su palio rojo?