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ENTREVISTA | Rafael Bescansa: Tiene que haber un criterio claro y un apoyo decidido de las instituciones

Semana Santa. Presente y Futuro. Es el título del informe que pronto verá la luz y en el que el notario Rafael Bescansa, compañero de esta casa, cofrade y miembro de las hermandades del Calvario, las Aguas y el Santo Entierro, da un paso adelanto en la búsqueda de la protección jurídica de nuestra Fiesta Mayor. En este informe establece todos los puntos necesarios para alcanzar esa protección, analizando la situación actual de nuestras cofradías desde el ámbito fiscal y jurídico, pero también el fuerte impacto cultural que la Semana Santa en su conjunto aporta y que no está completamente reconocido. En las siguientes líneas, ahondamos en estas cuestiones con el autor.

Uno de los pilares de su informe es la defensa de una ley que regule y proteja la Semana Santa. Como manifestación de culto público, ¿no queda lo suficientemente amparada por la Constitución Española?

No es solo que no está amparada sino que no la menciona en ningún artículo. No hay  referencia recta directa en la Constitución acerca de la Semana Santa. Solo la recoge de forma indirecta, a través de principios como el de la libertad religiosa, ideológica y de culto y reconoce la posibilidad de que las hermandades y cofradías, como asociaciones de fieles, puedan reunirse libremente. Todo ello dejando claro el carácter aconfesional del Estado. Sí es verdad que en varias sentencias del Tribunal Constitucional se hace referencia a la Semana Santa, como podréis leer en el informe.

 

Defiende que la Semana Santa sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. ¿Cree que no se valora la aportación cultural que realiza la Semana Santa?

La valoración cultural que se hace es disgregada y parcial. Solo se hace de elementos arquitectónicos, esculturas, imágenes, archivos musicales, obras artesanales, etc. Pero no se hace bajo ningún concepto de la Semana Santa en su conjunto, del todo, del hecho social y global de la Semana Santa. Si estudias las reglas de la Unesco, el Patrimonio Cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, etc. La Semana Santa de España como tal, no tiene ningún reconocimiento cultural para la Unesco. Solo Zamora tiene declarada su Semana Santa como Bien de Interés Cultural.

Hasta el momento, ¿las administraciones competentes han contribuido a reforzar o desligar el vínculo cultural que une a la Semana Santa con el pueblo?

Como ya indico en el informe, hay algún que otro intento de llegar a un mayor reconocimiento de la Semana Santa como Patrimonio de nuestra cultura. En un pleno del Senado se aprobó por unanimidad una moción presentada por el grupo parlamentario Popular por la que se instaba al Gobierno a defender ante la UNESCO la inclusión de la Semana Santa española en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pero quedó en el olvido. El Estado, por su parte, en el año 1980 clasificó a la Semana Santa Fiesta de Interés Cultural Internacional, Nacional o solo Cultural dependiendo del impacto turístico. A día de hoy, estamos trabajando con un grupo político que se interesó por el asunto para conseguir proteger nuestra Semana Santa como cultura del pueblo español.

Como institución que acoge a todas nuestras hermandades y cofradías, ¿qué papel jugaría la Iglesia Católica en la búsqueda de esa ley que proteja la Semana Santa?

Hay que intentar aunar fuerzas para conseguir apoyos en todas las instituciones. Y la Iglesia tiene que mostrar su apoyo sin ningún tipo de vacilación al respecto. Pero no por ello podemos obviar que el reconocimiento como cultura y la protección que buscamos las concede el Estado en base a la tradición y el arraigo del pueblo. Las instituciones tienen que dar el paso, tienen que buscar su reconocimiento y la Iglesia tiene que apoyar y dirigir los pasos que se vayan dando. No se puede ir por caminos separados. Administración e Iglesia tienen que ir de la mano.

 

Propone además la formación de un Consejo Autonómico de Hermandades y Cofradías de Andalucía. ¿Qué funciones tendría este organismo?

Sería un órgano independiente de los distintos consejos que existen en cada localidad. Sus funciones estarían basadas en la puesta en común de problemas, aspectos y situaciones presentes y futuras que puedan afectar al devenir de las hermandades y cofradías, la gestión de un fondo común de reserva, el establecimiento de relaciones institucionales con los distintos órganos autonómicos, poner a disposición de las hermandades asesoramiento jurídico, y otras funciones generales que habría que desarrollar.

En su informe también manifiesta que debe establecerse una regulación fiscal para las prestaciones de servicios relacionadas con la Semana Santa. En este sentido, ¿qué beneficios podría traer la declaración de la Semana Santa como Patrimonio Cultural?

El reconocimiento como cultura nos llevaría a la reducción del tipo impositivo del IVA al 10% y no al 21, como ha sucedido con el abono de las sillas. Pero eso sería el principio, ya que entiendo que a día de hoy es necesaria la presentación de unas medidas concretas y el análisis por los distintos colectivos de sectores profesionales que trabajan en torno a la Semana Santa, como artesanos, músicos, artistas y demás profesionales, para regular las futuras prestaciones y su tributación correspondiente.

 

¿Están bien asesoradas jurídicamente nuestras hermandades y cofradías?

No pongo en duda que dentro de las hermandades existen profesionales del derecho que prestarán asesoramiento particular a sus hermandades. Pero ese asesoramiento siempre es individual para problemas concretos que puedan surgir en el día a día de la hermandad. Lo que tratamos de buscar es un comité de asesoría jurídica que preste un servicio colectivo a todas las hermandades, y que así pueda existir uniformidad a la hora de calificar y solucionar problemas comunes. Muchos de esos problemas se han visto reflejados durante el Covid-19, y si se tiene un órgano que haga consenso a la hora de decidir, todo será más fácil.

¿Quiénes integrarían la Fundación Semana Santa que usted propone en su informe y qué función tendría?

Lo primero es ir paso a paso. Prefiero ser cauto y cuando consigamos los objetivos básicos, como es la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial, centrarnos en mejorar la estructura organizativa de la Semana Santa en general. Aun así, la Fundación estaría integrada por un órgano de control, un Patronato y los patronos; se regirá por unos estatutos, y su funcionamiento, así como la delegación y el apoderamiento a las distintas personas físicas o jurídica,s sería objeto de debate en el Congreso Nacional de Semana Santa.

Propone también la celebración de un Congreso Nacional en el que se escuchara a todas las voces representativas de la Semana Santa. ¿Con qué periodicidad debería celebrarse?

Vamos a tratar de organizar el primero, y luego, de las propuestas que puedan salir del mismo, se estudiaría en función de las necesidades y la situación en la que nos encontremos. Hay que tener en cuenta que la situación actual tras la pandemia sufrida deja muchos interrogantes abiertos que a día de hoy tienen difícil respuesta. La realidad social nos marcará los pasos a seguir. Si conseguimos reunir tanto a representantes de la Iglesia Católica como de las cofradías del territorio nacional, del sector turístico, hostelero, artesanos, como doradores, pintores, escultores, músicos, y demás implicados en el mundo cofrade, abriría las puertas al debate y a las posibles soluciones del mismo. Creo que todos tienen cosas que apotar.

 

Finalmente, aplicando lo establecido en su informe, ¿cree que serviría para dar mayor claridad a aspectos recientes de índole económica que han generado controversia como la subida del IVA a las sillas o la devolución de los abonos de la Carrera Oficial?

Estoy convencido de que así será. Si existe un órgano que dirija y organice todos los conflictos que se puedan dar, las soluciones serán uniformes, rápidas, colegiadas y no asistiremos a un sinfín de opiniones, presiones e incluso veladas manipulaciones que no hacen ningún bien a nuestra Semana Santa. Tiene que haber un criterio claro, tanto en lo fiscal como en lo contractual, y sobre todo un apoyo decidido de las instituciones. Hay mucho camino por andar, pero creo firmemente que este es un primer paso que había que dar.