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La Conferencia Episcopal se pronuncia ante el reinicio del culto

La Conferencia Episcopal Española ha emitido un comunicado titulado “Medidas de prevención para la celebración del culto público en los templos católicos durante la ‘desescalad’a de las medidas restrictivas en tiempo de pandemia”, con el fin de trazar una línea de actuación marcada para la sociedad española en general. Dado el carácter público de los actos y cultos, el comunicado comienza expresando la importancia de usar máxima prudencia en su aplicación según cada Diócesis estime oportuno. Del mismo modo alegan que serán unas pautas que estarán en continua evaluación y no descartan tener que modificarles si las situaciones cambian.

Así, habría decretadas, del mismo modo que en la ‘desescalada’ general, una aplicación de cuatro fases. Estas, textualmente, son las siguientes:

• “Fase 0: Mantenemos la situación actual. Culto sin pueblo. Atención religiosa personalizada poniendo atención especial a los que han perdido a seres queridos. Preparamos en cada diócesis y parroquias las fases siguientes.
• Fase 1: Se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias. Quizá con preferencia al acompañamiento de las familias en su duelo.
• Fase 2: Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios –mitad del aforo, higiene, distancia– y medidas que se refieren a continuación.
• Fase 3: Vida pastoral ordinaria que tenga en cuenta las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a la enfermedad.”

A continuación de estas fases de desescalada, se proponen unas disposiciones de carácter general en las que se comunica que se mantiene a “dispensa del precepto dominical, invitando a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración en las casas”; que aconsejan a las personas mayores que valoren responsablemente el riesgo de la salida de sus domicilios y tengan en cuenta la conveniencia de no hacerlo; que se limita el aforo de los templos un tercio en la primera fase y la mitad en la segunda, manteniendo siempre, en ambos casos, la distancia de seguridad; que “en las Eucaristías dominicales, allí donde sea necesario y posible, procurar aumentar el número de celebraciones cuando haya mayor afluencia de fieles, a fin de descongestionar los templos”; que los fieles hagan uso de mascarilla con carácter general; que las pilas de agua bendita continuarán vacías; y que las puertas de las iglesias se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para no tener que tocar manillas o pomos.

Tras estas dos disposiciones se delimitan las actuaciones tanto a la entrada a los templos, como durante la liturgia y del mismo modo, para la salida. Las disposiciones para la entrada corresponden a que dos personas encargadas ayuden a la organización y distribución de los fieles y se ofrecerá tanto a la entrada como a la salida gel hidroalchólico o algún desinfectante similar. Para el desarrollo de la liturgia, se recomienda que no se formen los coros, que la colecta se pase a la salida, que el cáliz, la patena y los copones estarán cubiertos durante la eucaristía, que el sacerdote y los demás ministros de la comunión se desinfectarán las manos antes de la eucaristía, que se sustituya el saludo de la paz con un gesto, que el diálogo individual de la comunión (“El Cuerpo de Cristo”. “Amén”), se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno…”, distribuyéndose la Eucaristía en silencio y, por último, que en el caso de que el sacerdote fuera mayor, establecer ministros extraordinarios de la Eucaristía para distribuir la comunión. Y ya para la salida, se facilitará la misma, de manera organizada, para que no se produzcan aglomeraciones en la puerta. También se desinfectará continuamente el templo, los bancos, los objetos litúrgicos, etc.

El siguiente punto en el comunicado haría referencia a cómo desarrollar otras celebraciones, siendo estas indicaciones, textualmente, las siguientes:

• La celebración del Sacramento de la reconciliación y los momentos de escucha de los fieles: además de las medidas generales, se ha de escoger un espacio amplio, mantener la distancia social asegurando la confidencialidad. Tanto el fiel como el confesor deberán llevar mascarilla. Al acabar, se aconseja reiterar la higiene de manos y la limpieza de las superficies.
• Bautismo: Rito breve. En la administración del agua bautismal, hágase desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizados. En las unciones se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración.
• Confirmación: En la crismación se puede utilizar un algodón o bastoncillo, como se ha indicado en el caso del bautismo. Obsérvese la higiene de manos entre cada contacto, cuando haya varios confirmandos.
• Matrimonio: Los anillos, arras, etc., deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes. Manténganse la debida prudencia en la firma de los contrayentes y los testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente.
• Unción de enfermos: Rito breve. En la administración de los óleos puede utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente. Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus. En todo caso, obsérvense las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes.
• Exequias de difuntos: Los funerales y las exequias seguirán los mismos criterios de la misa dominical. Aunque sea difícil en esos momentos de dolor, insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la importancia de mantener distancia de seguridad.

Para las visitas a la Iglesia para la oración o adoración del Santísimo, se recomienda seguir las pautas generales ofrecidas, evitando las concentraciones y señalando los lugares para la oración y la adoración. Así mismo, no permitir las visitas turísticas en las fases 1 y 2 de la desescalada.

En cuanto a la utilización de dependencias parroquiales para reuniones o sesiones formativas se indica que en la segunda fase las reuniones en dependencias parroquiales seguirán las pautas utilizadas para las reuniones culturales previstas por el ministerio de sanidad que consiste en un máximo de 1/3 de aforo en lugares cuyo aforo habitual es de 50 personas, respetando la distancia de seguridad y la utilización de mascarillas. Y en la tercera fase el aforo pasa a ser de 1/2 en lugares de un aforo habitual de 50 personas y de 1/3 en lugares de un aforo habitual de 80 personas en las mismas condiciones de distancia y utilización de mascarillas.

Por último, se expresa que, tras las indicaciones recibidas, estas medidas comenzarán a aplicarse a partir del 11 de mayo “para que en las celebraciones del domingo 17 de mayo, tengamos una evaluación y una experiencia suficiente de los días anteriores”, apuntan.