La separación del cortejo de la Hermandad del Amor cumple 50 años
En el Domingo de Ramos de 1970, ayer como quien dice, se ponía en práctica una idea que hoy día se ha convertido en una de las tradiciones más recientes de nuestra Semana Santa contemporánea. Aquel año la Borriquita se separó del cortejo del Amor, pasando a ocupar el primer lugar de la nómina del Domingo de Ramos, para así facilitar la estación de penitencia de los niños y más pequeños de la cofradía.
Aquel año se estrenaron los dorados de ambos pasos, tarea que corrió a cargo de Luis Sánchez. Además, el paso del Amor, uno de los más antiguos de la Semana Santa, estrenaba también maniguetas de los talleres de Antonio Sánchez. Los niños que por primera vez procesionaban a primera hora de la tarde, fueron antaño los adultos de aquella hermandad de finales del XVI que, con el título de Sagrada Entrada en Jerusalén, fundó un grupo de medidores de la Alhóndiga. En el año 1615, proclamación del Dogma Inmaculista en esta ciudad, llegaría la fusión con la Hermandad del Amor. Sin embargo, no fue hasta 1922 cuando llegaron a la iglesia del Salvador, tras haber residido en otros tiempos como San Miguel, San Pedro o Santa Catalina.
En la actualidad se sigue manteniendo este orden de paso en la Carrera Oficial. Sin embargo, se halla sujeto a cambios por eventualidades climatológicas, permitiendo que la Borriquita salga por la noche con el cortejo al completo. La última vez que sucedió fue en el año 2016, cuando la lluvia amenazaba las primeras horas del Domingo de Ramos y, para prevenir, se decidió esperar a la noche, una vez mejoró la previsión.