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La relación de la Lanzada con el Cristo de los Desamparados

Durante la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, la Hermandad de la Sagrada Lanzada estuvo establecida en la iglesia conventual del Santo Ángel. La corporación provenía de San Basilio, donde tenía una capilla en propiedad. En 1851, la Hermandad de la Lanzada se vio obligada a abandonar el templo debido a su cierre, trasladándose entonces al Santo Ángel. Al carecer de imagen cristífera, las comunidades de los RR. PP. carmelitas cedió la imagen del Santísimo Cristo de los Desamparados, obra de Juan Martínez Montañés y actual titular de la Asociación de fieles de los Desamparados del Santo Ángel.

En 1852, la hermandad procesionó con el Cristo de los Desamparados en su paso de misterio por primera vez. Ese mismo año, la Virgen del Buen Fin estrenó un manto y saya bordados. Esta saya se conserva, siendo la que actualmente usa en su salida procesional en la tarde del Miércoles Santo. A partir de 1856, la Lanzada sufre un periodo de decadencia que se extiende hasta 1875, año en el que vuelve a procesionar.

En 1877 se estrena un paso de misterio neogótico diseñado y tallado por el escultor Manuel Gutiérrez Cano, mayordomo de la hermandad. En 1883, la corporación vuelve a entrar en crisis, recuperándose definitivamente en 1895. En 1896 volvió a realizar estación de penitencia. Este mismo año se suprimió el paso de palio, estrenando el siguiente una nueva efigie de Longinos y un caballo, obras del prioste de la cofradía, el escultor Emilio Pizarro.

En 1900 creó un precedente, siendo la primera hermandad que suprimió de su recorrido de vuelta el paso por Placentines y Francos, haciéndolo por la Avenida. En 1915, ante las graves desavenencias con los carmelitas del Santo Ángel, la Hermandad de la Lanzada fijó su sede provisional en la Parroquia de San Román. Tras la marcha de la cofradía, el Santísimo Cristo de los Desamparados no volvió a salir en procesión hasta 2017, año en el que se conmemoraba el IV centenario de su hechura.

El periodo anteriormente descrito no fue la única ocasión en la que la Hermandad de la Lanzada ha procesionado con una imagen cristífera cedida por una comunidad. En 1833, los RR. PP. jesuitas de la iglesia de San Francisco de Paula le cedieron la imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, obra de Juan de Mesa y titular de la Hermandad de los Estudiantes.

En 1850 logró la cesión de un antiguo crucificado de papelón procedente de la extinta Hermandad de la Antigua y Siete Dolores. Esta imagen salió en el misterio de la Sagrada Lanzada en 1850, reponiéndose tras la marcha desde el Santo Ángel hasta San Román. Ya en 1929, la Hermandad adquirió la actual imagen titular, obra de Antonio Illanes, bendiciéndose en la iglesia de San Gregorio.