Blog

La Buena Muerte

El calendario sigue descontando días, pero en lugar de poder restarlos con los dedos de una mano, hay que añadirle ahora trescientos sesenta más. Ese calendario nos indica el tiempo que resta para la Semana Santa, más concretamente para ver a los pasos en la calle, que ni falta hace que diga que no solo ellos conforman la Semana Santa, pero tampoco quita que no nos invada a los cofrades un sentimiento de profunda tristeza y melancolía.

Mas como buen cristiano hay que buscar en la oscuridad la luz, y veo tanta luz que me deslumbra: tenemos ante nosotros una oportunidad preciosa, única. Ahora podemos no valorar lo que tenemos, que yo creo que sí lo hacemos, pero quizás sí colocarlo en un sitio más preeminente dentro de nuestra vida, y la Semana Santa para nosotros está dentro de ese patrimonio personal que tenemos y valoramos. Al ser así, ocurre lo siguiente: no vamos a poder ver las cofradías, la parte didáctica de las Hermandades, pero sí que podemos recordar el por qué de su existencia, para qué nacieron y para qué sirven nuestras hermandades, que no es más que para ayudar al que lo necesita, siendo esta su parte práctica. Que la Hermandad es todo el año y la cofradía es solo un día, eso ya lo sabemos, pero ahora la hermandad debe hacerse notar aún más, no de cara a todo el mundo, sino a nosotros mismos, pues debe imperar aquello de “que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha”. Es momento de ayudar, como siempre, y más que nunca.

Regresando a la parte didáctica de las hermandades que, como ya he dicho son las cofradías, y como elemento que le da razón de existir, las imágenes, que aunque no salgan este año y haya dicho que las cofradías sabemos que son solo un día al año, también pueden seguir cumpliendo con su función. Nos pueden ayudar, a través de ellos, a reflexionar en estos tiempos sobre nosotros mismos y sobre lo que nos rodea, pues estamos en un tiempo para ello –la Cuaresma- y además nos ha abordado esta pandemia que nos mantiene encerrados en casa a tantísimos de nosotros, dándonos seguro más ratos que nos empujen a esta actividad.

Se trata de buscar la claridad ante la tiniebla, el lado positivo de lo malo, o lo que es lo mismo, recordar que Cristo murió, pero fue una buena muerte