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Las almas del Martes Santo en la voz de Manuel Lamprea

Eran las nueve de la noche en Omnium Sanctorum, en un frío sábado de noviembre que bien podría haber sido de enero. La luz de las velas rodeaba a la Virgen de Gracia y Amparo, en besamanos, y el silencio se hacía fuerte para escuchar el inicio de un acto que será recordado por una juventud cofrade que ayer reclamó su sitio a través de la palabra de uno de los suyos.

Pero el Pregón de la Juventud del Martes Santo que anoche pronunció Manuel Lamprea Ramírez, estudiante del cuarto curso de Periodismo, compañero de esta casa y presentador del programa de radio Cinturón de Esparto en Onda Capital, fue algo más que palabra. Fue también significado, el de un compromiso con el mundo de la Semana Santa total, un compromiso al que la juventud debe acudir con «conciencia y sensibilidad» ya que su luz «es justa y necesaria». Una juventud imprescindible para ese «milagro de lo compartido» que es la Semana Santa.

El Pregón de Manuel Lamprea fue también el de la elegancia, manifestada en la letra de sus soleares y en la de las dos décimas que dedicó a la corporación anfitriona, pero también en una prosa culta y cuidada, atrevida en ocasiones, apelativa en otras.

Y, sobre todo, el Pregón de Manuel Lamprea fue el de las Almas. Desde el alma de la infancia recordada en el regreso de la Candelaria por los jardines hasta el de una noche donde el arte se funde en Santa Cruz, pasando por la adolescencia vivida en la Virgen del Dulce Nombre. Fue la reivindicación del «alma del incomprendido…del viajero inquieto» de todos aquellos que forman el cosmopolita mundo de la Pasión, pues al final «La Semana Santa la deciden las emociones».

Así, con las Almas como hilo conductor, el pregonero nos llevó al encuentro de cada una de las hermandades del Martes Santo, sin perder a la juventud como referencia y dejando para el final los versos dedicados a los Javieres, dirigiéndose a la imagen de la Virgen, pues ella es «la Gracia y el Amparo de nuestra Semana Santa».

El acto, que contó con un cuarteto de música que interpretó las marchas «Amparo de nuestras Almas» de Juan Velázquez, «María Santísima del Dulce Nombre» de Luis Lerate y «Cristo de las Almas» de Ignacio Otero y con la presentación del pregonero por parte de Paula Fernández Martín, concluyó sobre las diez y media de la noche. No obstante, las puertas de Omnium Sanctorum tardarían varios minutos más en cerrarse ante la cascada de merecidas felicitaciones a un pregonero que ayer habló más que con palabra, con voz. Y esa voz era la del Alma.

PREGÓN JUVENTUD DEL MARTES SANTO