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Un Jueves Santo de decisiones

Aunque el día se levantó tranquilo, nada haría presagiar lo que ocurriría a media tarde en la ciudad de Sevilla. El famoso y repetido dicho quedó en evidencia cuando, a escasos minutos de saber las primeras decisiones de las Hermandades, el cielo descargó con una fuerza inusitada toda su ira e impiedad. De los chubascos previstos a la tormenta ingobernable, del nublado previsible al granizo destructor. Así comenzó el Jueves Santo del 2019, un día en el que la climatología se empeñó en deslucir una de las jornadas más profundas de la Semana Santa.

El aviso amarillo estaba presente y en las Hermandades lo sabían. A las tres de la tarde las dos primeras, Cigarreras y Negritos, debían poner su cruz de Guía en la calle. La primera solicitó una prórroga de media hora y la segunda hizo lo propio pidiendo cuarenta minutos. Las imágenes que circulaban por las redes sociales eran devastadoras: calles del centro y barrios inundadas y el granizo formando montañas en las aceras y el asfalto de las carreteras. Más que un riesgo, un auténtico peligro para las cofradías.

Las decisiones fueron las más lógicas y prudentes: desde los Remedios las Cigarreras anunciaba la suspensión de su salida procesional y en Recaredo secundaban la noticia los Negritos, que a partir de hoy comienzan una nueva cuenta atrás para la coronación de su dolorosa en menos de un mes. Mínimo consuelo.

Los ojos estaban puestos en Santa Catalina. La iglesia, recién restaurada, acogería una de las estampas de esta Semana Santa, la de volver a ver salir a la Exaltación desde su sede. El sueño se truncó pasadas las cuatro y media de la tarde una vez solicitada media hora al Consejo. Priostes y hermanos, incluso, tuvieron que achicar agua de tal cantidad acumulada en las inmediaciones del templo. El año que viene será. Para ellos y para los componentes del Paso y Esperanza, que se estrenaban tras el primer paso.

Por un momento, la esperanza se recobró en la calle Feria, siguiente punto caliente del día. La Hermandad solicitó una prórroga de una hora para tomar una decisión. No era ningún secreto que la tarde iba a mejorar paulatinamente y había hueco para la ilusión. Sin embargo, el efecto dominó continuaba. No fue tiempo suficiente y el día quedaba completamente roto y huérfano de cofradías.

Sin embargo, fue tomar esta decisión y paró de llover. Y el cielo comenzó a despejarse y algunos rayos de sol entraban por la Plaza de la Campana, la Alfalfa o la Encarnación. Parecía mentira. Todos conocemos los caprichos del mes de abril pero este Jueves Santo lo había sido demasiado. Ni rastro de la lluvia y las nubes altas se fueron disipando. Magdalena y Anunciación como única vía para salvarle el pulso al día. Ambas solicitaron media hora y, alrededor de las 20:10 de la tarde, se pusieron sendas Cruces de Guía en las calles. Con decisión y valentía y entrando cada una en su hora a la Carrera Oficial. El público, que había hecho colas para ver los pasos de las hermandades que no salieron, se lanzó en masa a buscar las Hermandades para acompañarlas en un Jueves Santo triste y muy vacío.

Pasión no tuvo más remedio y anunció también su voluntad de salir. Aunque muchos cofrades estaban más que esperanzados, no por ello las decisiones fueron sorprendentes dado el carácter de las cofradías mencionadas.

El Jueves Santo de 2019 pasará a la historia por ser, quizá, el único día del año en que granizó con fuerza, el sol apenas apareció y las últimas cofradías del día salvaron una fecha marcada en el calendario de cada sevillano. Frío al caer la noche, sí, pero mucho acompañamiento de cara a la Madrugada. Poco antes de las 1:15, tanto la Virgen de la Merced como la Virgen del Valle realizaron sus entradas en sus respectivos templos. El sabor del Jueves Santo se mantuvo intacto a pesar de que muchos cedieron en el intento por preservarlo.