Blog

Sed de agua y fe

Ríos y lagos abastecen de agua al mundo. un mundo gobernado por la tiranía que atrae a la desgracia, y al igual que muchos otros, Él pide de beber un sorbo de agua. El clamor del Mesías que se enfrenta a su final y que ruega por poder mojarse los labios en ese líquido de vida. Como tantos hijos suyos de tierras a veces olvidadas.

Tengo sed, su quinta palabra. Pero nunca llega a resarcirse de ese deseo, que es una simple petición alejada de la exigencia que a un Hijo de Dios se le puede presuponer. Pese a su dolor trata de incorporarse, de acercar su boca a nuestras manos. Un último mensaje parece darnos. Mas no alcanza nuestro consuelo.

Él expira sus últimos alientos pero pide que nadie tenga sed en este mundo. Que sus hijos le den el consuelo a aquellos que no pueden llevarse a la boca pan ni beber agua. Solo suplica que debemos seguir el ejemplo de esos pastores, misioneros y buenos cristianos que dejando su barrio, su país y su vida se entregan a darle de comer al hambriento y de beber al sediento. Eso nos quiere decir desde Nervión, que su consuelo es nuestra ayuda a los demás.

Si de verdad tenemos sed de fe, rompamos esa barrera y acerquemos una cuchara a los labios del que dice: tengo sed.