‘La Oración Azul’ de Vaquero para Montesión
En la noche de hoy, ha sido presentada la obra que ilustra la portada del Boletín de enero de la hermandad de Montesión, una pintura de Fernando Vaquero.
«Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo». Pero las altas horas de la noche, la oscuridad y el cansancio habían vencido a aquellos tres discípulos que no fueron capaces de acompañarlo en su oración. Jesús fue y vino repetidas veces de la oración a su compañía y de su compañía a la oración y finalmente, al verlos dormidos, se retiró a solas. En esa sensación de tremenda soledad cayó de rodillas, y mirando al cielo suplicó: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz”
Este es el momento que Vaquero ha pretendido narrar intentando hacerlo con todos los elementos anteriormente descritos: pavor, oscuridad, noche cerrada, frío, soledad, miedo y oración.
“La oración azul” es el título de esta obra donde Vaquero ha construido un tenebrismo poco convencional a base de azules al contrario de lo académico en el tenebrismo que es construirlo a base de negros y tierras sombras. El de esta obra está realizado partiendo del azul mas oscuro que tiene en su paleta que es el azul prusia y manteniendo la gama cromática de azules durante el 100 x 100 de la obra. Son 4 tipos de azules los que ha utilizado: azul prusia, azul ultramar, azul cobalto y azul real.
¿Cómo representar artísticamente el frío o la soledad? Del intento de resolución de esos problemas es de donde ha surgido este cuadro. Vaquero ha imaginado un Getsemaní de espacios abiertos en el que la figura de Jesucristo apareciese aun mas sola y separada del resto, de ahí que ni los olivos lo acompañan, se encuentran lejos de El . La sensación de pavor la ha interpretado recreando un ambiente nebuloso. Por otro lado la sensación del frío y noche cerrada viene bañada por un halo tenebrista pero en esta ocasión dándole una vuelta de tuerca al tenebrismo.
Fernando Vaquero ha empleado en esta obra un método que ha usado por primera vez, construir un cuadro con muy pocos colores, en concreto dos y eliminando de ellos el mas principal: el color blanco.
