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ENTREVISTA | Francisco Robles: «En algunos casos la Semana Santa ha perdido en calidad y en ética»

El pasado jueves tuvimos el privilegio de contar en nuestro programa de radio en Onda Capital, con la presencia de Francisco Robles, periodista y escritor, que ha sido nombrado Pregonero de la Juventud de Triana para este año 2019 por el colectivo de la calle Pureza.

¿Cómo afronta el encargo y desde qué prisma tiene pensado abordar este pregón?

Tratándose de la Esperanza de Triana, y dentro de ella la juventud, la cosa está clara, hay que tirar por el futuro, la esperanza se proyecta al futuro y la juventud también. Será un pregón que se centre en pasado y presente. También habrá un llamamiento a la juventud de los jóvenes no solo por edad, sino por el joven que todos llevamos dentro.

Un pregón de un adulto para la juventud. ¿Qué debe primar? ¿Cómo se pueden trasladar los ojos del adulto al de la juventud?

Muy fácil, porque todos hemos sido jóvenes. Las edades del hombre no suceden y se van, sino que se quedan. La experiencia literaria la marca la infancia y adolescencia, mucho más que la edad adulta, es un ejercicio relativamente fácil. Otra cosa que literariamente se consiga, sobre la infancia y juventud es fácil escribir.

¿Hay más presión por ser un pregón de juventud que si fuera uno convencional? Es decir, público más receptivo, más analítico en muchos casos, más críticos…

Creo que la literatura en público no existe, existen lectores, que escuchan con los oídos en vez de leer con los ojos. Los receptores se suceden de uno en uno, cuando yo llegue y diga lo que tenga que decir cada uno se lo tomará de una manera. Unos de una manera más íntima y otros lo exteriorizarán más, depende. Tengo lectores que me leen y lectores jóvenes, adultos, mayores y se toman las cosas a su manera. Me llena de orgullo que haya jóvenes que me lean.

La Esperanza de Triana. Una madre jovencísima, un hijo más que adulto. Parece que en la Semana santa y en nuestras imágenes casi siempre los papeles biológicos están invertidos, ¿no? ¿Por qué ese sentimiento de juventud más hacia las Vírgenes casi siempre y esa apropiación individual de cada una de ellas?

Es el proceso de idealización platónica que se produce en el arte clásico y se traslada al barroco, que cristaliza en la imaginería. Nos gusta imaginar a nuestra madre en la juventud, antes incluso de que nos concibiera. Es una cuestión enraizada en la mente, en el espíritu, en el deseo. El arte en el tiempo no existe y las proporciones se adecuan al mensaje del artista. Por eso se representa la Virgen en la plenitud de su vida y de su belleza. No importa que parezcan más jóvenes que el Cristo, al igual que la Piedad de Miguel Ángel, la Virgen es mayor que el Cristo para darnos sensación de serenidad y estabilidad. Son convenciones del arte que hay que asumir.

¿Qué radiografía hace de la Semana Santa actual en la parcela juvenil? ¿Estamos llamados a hacer más cosas que seguir una estela pasiva?

El decir lo que uno entiende por su propia verdad no es pontificar. A la gente joven habría que decirle dos cosas, una buena y mala. Una buena, es que ojalá hubiera más jóvenes viviendo la Semana Santa y su aspecto espiritual, cultural, histórico, familiar… Hay que compartir, hacer amigos, es positivo que los jóvenes en la Semana Santa puedan ser educados y quitados de los malos hábitos.

La parte mala es que hay que tener cuidado porque pueden caer en considerar la Semana Santa como una afición, un entretenimiento, algo vulgar, una reducción a la coreografía, al espectáculo… A jóvenes y adultos, quien esté libre de pecado… A mí me gusta ver un paso andando bien, lo considero bonito, pero detrás de eso tiene que haber más y no podemos quedarnos en la banda. Hay que ir a lo fundamental. Cada uno que se lo tome como quiere, unos con una fe más acentuada y otros desde una búsqueda de esa misma fe, la Semana Santa sirve para eso, para que se acerquen a Dios.

La túnica, los colores, las sensaciones, el movimiento, los adornos… Es algo maravilloso, pero tiene que estar al servicio de algo superior, si no, nos quedamos en una cabalgata. Te vas a perder lo mejor, que es lo profundo y lo que va más allá.

¿Cómo valora la situación actual de la Semana Santa en pocas palabras? ¿Qué se ha ganado y qué falta?

Se ha ganado en estética, en público, en cantidad y en algunos casos se ha perdido en calidad y en ética.

 

(Fotografía ABC)