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Par de impresiones

Tiñe la tarde el cielo con sus venas,

Rojas, malvas, nerviosas

Hemorragia de azules almanaques

En el abismo pronto de los días

 

Se deslizan las calles en sí mismas,

Ruta sin trazo, adoquín sin forma y cansado,

Frías las paredes que esperan

El amarilleo cálido de tus luces

 

Alta tu figura, altos los álamos

Impacientes y húmedos infantes.

Acusan los huesos la brisa del río

Trepadora bajo los pasos indecisos.

 

Busca el agua echada en su horizonte,

Y en cada esquina, seises nerviosos,

Raíces sin fruto, sin verde, libres

Alzadas sobre la tierra y el aire

 

Hombres la veneran, la levantan,

Todo susura: Reina, Feria, Rodeo,

Cruza sola el desierto de la Alameda

Cantando, bailando, con los Santos.

 

 

Al otro lado, laureles cerrados

Como manos de Dafne atrapadas

Proyectan sombras de oro, en la cal,

Del domingo y unas letras: Monsalves

 

Sonrisa inmutable, arcaica,

Hipnosis de fuegos danzarines

Parece imposible la palabra, el gesto

Todo sabe antiguo, todo es finito

 

Absorben las paredes las notas musicales

Quejidos condensados, breves, livianos

Mezclándose en el aire sin fuerza

Todo es asimetría ante nosotros

 

¿Qué nos niebla? Humo, incienso

Un segundo más para el asombro, el milagro

Se difumina la luz en esta tarde

Impresión de nostalgia en el espíritu.

 

Noviembre agrieta, en silencio, el hielo ardiente de la espera.