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Las Vírgenes dormidas de Sevilla

La arena será asfalto y el mar una brisa de espigas matutinas. Los rostros cansados, desfigurados por el azote de la madrugada, saludarán al sol de la Virgen y a la mañana de agosto. Hoy muere la playa y renace, por horas, la ciudad.

Dice la leyenda que Jerusalén la última morada de la Virgen. ¿Éfeso, Tierra Santa? A ciencia cierta, no se conservan documentos que nos aseguren el momento, el lugar y la manera en que la madre del Señor ascendiera a los cielos para siempre.

Sea como fuere, la tradición de adorar a la Virgen en el momento previo a la Asunción a los cielos en cuerpo y alma, instante conocido como Dormición o Tránsito, tiene su origen en el siglo IV, en Jerusalén, pero no fue hasta un siglo después cuando se instauró el 15 de agosto como la fecha conmemorativa. Allí, y al igual que ocurre en Sevilla, en dos templos se honra a la Virgen en este estado: el templo de la Asunción -que se levanta en el lugar donde presumiblemente yació María- y la basílica de la Dormición, en el camino de Belén.

Aquí, el Hospital del Pozo Santo y el convento de Santa Rosalía recibirán la próxima mañana del 15 de agosto de miles de sevillanos para contemplar a las dos Vírgenes dormidas más conocidas, sin embargo, en el convento de las Mínimas de Triana, en el monasterio de San Clemente, en Santa Paula o en la iglesia de Capuchinos también hay imágenes de la Virgen del Tránsito.