Hoy, 30 de julio se cumplen 118 años desde que naciera el celebre compositor Emilio Cebrián, nacido en Toledo, pero muy cercano a nuestra Andalucía pues gran parte de su vida la pasó aquí.
A pesar de su faceta como compositor, el trabajo que desempeñaba era el de director de orquesta dirigiendo a la banda de la Academia de infantería de Toledo y posteriormente a las bandas de Talavera de la Reina y Jaén.
Este polifacético autor, se caracterizó no solo por sus conocidas marchas, si no también por sus pasodobles, entre los más conocidos, podemos encontrar “Ragon Falez” o “Churumbelerias”, ambos, pasodobles que nos recuerdan a las mejores tardes de Maestranza donde las verónicas y las chicuelinas levantaban el albero de uno de los cosos más prestigiosos.
Además, de su mano salieron los himnos de las ciudades de Jaén, Baeza y su ciudad natal, Toledo.
Sin embargo, donde quizás destacó más fue en el ámbito cofrade, marchas como “Nuestro Padre Jesús” dedicada al Abuelo de Jaén ponen la melodía y el clasicismo a la mayoría de los pasos de nuestra Semana Santa. Además, la que para muchos es su mas conocida y mejor marcha, “Macarena” es quizás la marcha más elegante de todas cuantas tiene dedicada la sevillana que vive tras el Arco de la calle Resolana y que además es una marcha que suena prácticamente en todas las procesiones y es tocada por casi todas las bandas de música, siendo ya un himno reconocible por todos los oídos de los cofrades, con un trío inigualable y de una dulzura propia de cualquier paso de palio que se precie ante nuestros ojos, una obra a la altura de un gran maestro como fue Don Emilio Cebrián.
Su influencia militar también se dejó entrever puesto que marchas como “Cristo de la Sangre” tienen ese corte militar tan propio de las bandas de la primera mitad del siglo XX. Además, también compuso marchas militares como “Bailén” la cual se sigue escuchando a día de hoy.
Un compositor que aportó música de altura y calidad sobrante a nuestras cofradías y que nos dejó un gran legado a los cofrades.
