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Garduño: quien vistió a la Sevilla de hoy

Hay sus destinos. La vida (o Dios) a veces delega en ciertas personas empresas ya no insuperables, si no inigualables. Y José Garduño Navas es una de esas personas. Falleció el pasado día 19 este fotógrafo y celebérrimo vestidor de imágenes marianas.

Nació en el año 1932, en Triana, y posteriormente se trasladó a la calle San Pablo. Sus inicios como fotógrafo encuentran mentor en Haretón, aunque posteriormente decidió abrir un estudio de fotografía propio cerca de la Magdalena, bajo el pseudónimo de Gard. Conocidas son sus estrechas amistades con celebridades de la canción española, como Estrellita Castro o Juanita Reina, que en aquella época ya vestía a la Virgen de la Esperanza.

Sin embargo, no se acercó al mundo del vestir hasta que tuvo 20 años, cuando comenzó a ataviar a la denominada “Estrellita Chica”, una imagen que tenía en su casa y se sacaba a modo de cruz de mayo. Su hermano, Antonio, fue su principal guía y gracias a él arribó en la Macarena. Primero vistió a la Virgen del Rosario, si bien al poco tiempo dio el salto a la Virgen de la Esperanza y mantuvo el privilegio de vestir, a toda Sevilla, durante 57 años.

Por tanto, a Don José Garduño no solo le debemos ser fuente de inspiración de la mayoría de vestidores actuales. Fue mucho más allá. Garduño estableció la imagen de la Virgen de la Esperanza que todos llevamos en la cartera. Que está en todas las mesas de noche. Vanguardia frente a rigidez. Necesidad frente a reticencias. El triple pico en la frente, las rosas de encaje en medio del pecho, los tocados en forma de trébol, el manto recogido bajo el brazo… en definitiva, Garduño configuró en nuestro subconsciente la imagen icónica de la Semana Santa rupturista, abierta, decidida a dar el paso en un periodo dictatorial que languidecía. No conocemos otra Esperanza más que la que él quiso construir en nuestras mentes, como un espejo en el que las generaciones han ido adoptando y comprendiendo.

Cuando se cumplieron los 50 años de la coronación de la Virgen de la Esperanza, Garduño legó el bendito cargo a José Manuel Lozano. Él, ya nutrido por la experiencia, la ilusión y la fe, seguía vistiendo a la que era una de sus principales devociones: la Virgen de la Estrella. Y, dentro de ese elenco de imágenes que fueron dotadas por la gracia de Pepe, estaba la Virgen de los Ángeles. Las manos de José, sin duda, estarán presentes en mayo de 2019 cuando se corone canónicamente la Virgen niña del Jueves Santo.