Cielo turquesa para una mañana llena de Amargura
La gélida mañana del pasado domingo se vio rota por el llanto y el lamento de la Virgen de la Amargura, la cual a las 9:30 de la mañana, cuando el Sol despuntaba y se adivinaba por las turquesas bambalinas de su Palio, se puso en la calle camino del primer Templo de nuestra Diócesis para conmemorar y renovar el próximo 8 de diciembre, el voto de la defensa de nuestra ciudad hacia el dogma de la Inmaculada.
Ni el frío, ni las fechas navideñas, ni las horas tempranas, pudieron con un Jerez que una vez más volvió a demostrar que por mucho que quiten festividades locales o se hable de que aquí no queremos a nuestras Hermandades, somos una ciudad cofrade.
Una procesión que contó con el acompañamiento del quinteto de metales de la banda de música “Julián Cerdán” que interpretó de genial manera y con un paladar exquisito, diversas marchas de procesión, en su mayoría, de compositores jerezanos. Jornada que solo se vio emborronada por contratiempos como el ocurrió en la calle Sol donde se habían olvidado retirar varios coches.
En general, una procesión que sirvió para despertar al Jerez cofrade y para dejarnos con la miel en los labios, sirviendo de prolegómeno para lo que acontecerá el próximo viernes. Si no hubiera sido por el gélido frio, bien podría haber sido un precioso Miércoles Santo.
Santi Bellido
(Reportaje de Miguel Guerrero y Diego Sobrino)
