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Todos somos Sevilla

Han pasado las horas precisas para entender que gracias a Dios, todos somos Sevilla. Pero no corras, te lo pido por favor, no corras. Entiendo tu miedo y tu desconocimiento, también lo vi a través de un monitor y no fui capaz de hablar. Comprendo tu ira, tu incomprensión, a tu familia y amigos. Venías a pasártelo bien, a rezar con tu Cristo y con tu Virgen.

Todo un año esperando ese momento y de repente eso que ya te han contado con detalles que fue. Pero no corras, te lo pido por favor, no corras. Porque tú lo sabes, el Gran Poder sin que hable y aun siendo de madera, pone a Sevilla en pie y después de lo ocurrido, es medicina para el alma.  Y la Esperanza, la Esperanza Macarena, cura las heridas de lo cotidiano y de aquello que duele porque no se espera. La Macarena es lo único que queda cuando no queda nada. Igual que cuando se hace Esperanza en la calle Pureza y en sus manos está el ancla que nos salva. Eso es lo que ves cuando miras a las devociones que han intentado destruir pero no corras, te lo pido por favor, no corras. Eso es lo que quieren. Tenemos que mirar por lo nuestro, en una situación mundial complicada.

Siendo conscientes de lo que pasa pero sin tener miedo, repito, que el miedo lo provoca quien no tiene nada que perder ni que ganar. Nosotros tenemos que custodiar la Semana Santa como antes lo hicieron nuestros abuelos y padres y entre los que quedaron nombres insignes que dejaron lo mejor de sí para que todo brillara como lo hace hoy. Quédate con los aplausos, así es como Sevilla premia la fidelidad de las personas y de las imágenes que quedan grabadas en el corazón. Tenemos que estar todos a una. Ayuntamiento, CECOP, Consejo de Hermandades y Cofradías, grupos políticos y el resto de la ciudadanía. Es lo indispensable. Sentir que lo nuestro hay que protegerlo y que hay personas encargadas de ello.

La ciudad es nuestra, sí pero con reglas y normas. Respetando en todo momento a la Semana Santa y los sevillanos. Porque el problema no es el aforamiento, las vallas y las medidas de la seguridad. Somos nosotros, aun sin tener relación con esos malhechores de medio pelo que han intentado jugar con Sevilla. Hay que hacer una profunda reflexión, personal y colectiva de lo ocurrido. Nada ha cambiado. La verdadera esencia de la Semana Santa radica en que nunca es igual. No es posible compararla año tras año. Esta Semana Santa debe quedar para la historia como la de la unión y de la verdad. Buen ejemplo de transparencia el que ha dado ya el Ayuntamiento con sus declaraciones. Te lo repito: Te comprendo pero no corras, te lo pido por favor, no corras. Lo único que debe correr son las manecillas del reloj cuando se van las horas mirando a la Esperanza.

 

(Fotografía José Campaña)

  Álvaro Carmona López
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