La Semana Santa toca su fin, en Córdoba hemos podido vivirla en todo su esplendor, ya que el tiempo nos ha permitido disfrutar de una semana plena. Tenemos que destacar que todas las jornadas estuvieron marcadas por el cambio de la carrera oficial al entorno de la Catedral, haciendo así verdadera estación de penitencia y dándole sentido a una Semana Santa que quedará para la historia por ser la primera en la que todas las cofradías discurren por el interior de la Santa Iglesia Catedral y con el anhelado sueño de la apertura de la que ya es conocida como la Puerta de las Cofradías, que permitió el paso de las mismas al interior.
Desde el domingo de Ramos se vivieron momentos inolvidables para los hermanos de la Esperanza que por primera vez, pudieron ver a sus titulares juntos en la Catedral. Tampoco faltaron las citas en San Lorenzo, en la cuesta del bailío, en el barrio del Cerro, en el compás de San Francisco, en el alpargate con el Señor de Córdoba o en Agustín Moreno con el fervor hacia el Cristo de las Penas de Santiago.
El Lunes Santo dio paso a aquellas cofradías más lejanas como la Merced o la Estrella que desde una hora bien temprana pusieron rumbo a la Catedral viviendo también estampas para el recuerdo, este día también pudimos disfrutar del recogimiento que nos mostraban las cofradías de Ánimas o del Vía Crucis. Así mismo, desde el Campo de la Verdad la cofradía de la Vera Cruz comenzada su camino hacia la Catedral atravesando el Puente Romano.
En la tercera jornada le tocaba el turno a las cofradías más jóvenes como la Santa Faz, la Agonía, el Císter, la Universitaria, el Prendimiento o el Buen Suceso. Destacar que todas las cofradías de este día en años anteriores ya realizaban estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral, por lo que era una estampa usual verlas discurrir por estas inmediaciones.
En la ante sala a los días grandes, nos encontramos con el Miércoles Santo, cofradías como Calvario, Pasión, Perdón, Piedad, Misericordia, y la popular hermandad de la Paz y Esperanza completaron este día. Gran afluencia de público en todo el recorrido de las hermandades, así como en los Jardines de Colón, que a pesar de las altas horas, los cordobeses no quisieron perderse el discurrir de la cofradía de la Paz y Esperanza por este lugar. Destacar que la Virgen de esta cofradía espera su coronación en el año 2020 y no le faltaron el fervor y los vítores a lo largo de todo su recorrido.
El Jueves Santo estuvo marcado por hermandades más alejadas como la Cena o Cristo de Gracia, unidas a otras como las Angustias, el Caído, la Caridad o el Nazareno. Un día espléndido para todas dónde pudimos vivir momentos indescriptibles para los sentidos.
En la madrugada, una vez más, la Buena Muerte dio un ejemplo de saber estar y de rigurosidad en su cortejo, un verdadero deleite para los sentidos ese chocar de varales de la Reina de los Mártires en los alrededores de la Catedral.
Y ya nos adentramos en el Viernes Santo, un día muy completo donde pudimos disfrutar del silencio imperante en la Cofradía del Santo Sepulcro y en la Soledad, el clasicismo de la hermandad de los Dolores, la bella imagen de la Virgen del Rosario de la Hermandad de la Expiración o el alegre caminar de la Virgen del Buen Fin del Descendimiento.
El Sábado Santo se volvió a recuperar la Salida desde el Campo de la Verdad de la Virgen de los Dolores y el Rayo que discurrió desde el citado barrio hacia la Catedral por el Puente Romano.
El Domingo de Resurrección comenzó a las 9 de la mañana con el inicio de la estación de penitencia de la Hermandad del Resucitado hacia la Catedral, destacar que a pesar del extenso recorrido, esta cofradía no ha querido dejar de pasar por el barrio de San Agustín en el regreso a su sede canónica.
(Fotografía Javier Romero)
