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Sevilla es Inmaculada

Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida. La ciudad de Sevilla se viste de gala para celebrar la festividad de la Patrona de España, la Inmaculada Concepción. Ciudad que puede presumir orgullosa de poseer el título de “mariana”, aunque este título no fuera concedido por defender este Dogma sino por una petición que realizara la hermandad de San Bernardo, en su día esta ciudad fue una de las grandes defensoras del Dogma Concepcionista. Y que lleva por sello personal la devoción hacia la Santísima Virgen María en sus diferentes advocaciones.

El día de la Inmaculada Concepción se conmemora en Sevilla de una forma muy especial, con la danza de los seises, que en esta ocasión se visten con los colores blanco y celeste. Se trata de un acto litúrgico con varios siglos de antigüedad en la que los seises (mozos del coro) danzan frente al Retablo Mayor de la Catedral, algo que sólo hacen tres veces al año.

En cuanto a nuestras cofradías se refiere, las dolorosas se visten con los colores concepcionistas (celeste y blanco), tradicionalmente haciendo referencia al pasaje apocalíptico: “Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”.

Hagamos un breve repaso sobre algunas dolorosas de la ciudad.

Nos dirigimos a la Resolana, donde La Macarena luce expectante para la ocasión. El manto de tisú celeste con bordados en hilo de oro por el taller de Carrasquilla, Saya de la coronación, realizadas por las Hermanas Martín Cruz y la toca de sobre manto obra de Francisco Carrera Iglesias “Paquili”, inspirada a la que realizó Juan Manuel Rodríguez Ojeda a principios del siglo XX.

Esta vez luce la diadema de plata sobredorada de Fernando Marmolejo Camargo, pocas veces podemos contemplar a la Macarena con diadema, y esta es una de ellas. Remata el precioso atavío concepcionista un fajín militar celeste.

En el tardón, Antonio Bejarano se estrena como vestidor en la hermandad de San Gonzalo, la coronación canónica de la Virgen de la Salud es inminente, y lucía así de preciosa. La dolorosa de Ortega Brú portaba para la ocasión saya blanca con bordados en hilo de oro y sedas de colores, mientras que el manto, de azul aturquesado, con taba con bordado en las vistas. En el pecherín de la imagen encontramos un broche con una fuente, haciendo referencia a la advocación de la imagen “Salud de los Enfermos y Fuente de Salvación”.

De nuevo hacemos referencia a don Antonio Bejarano, ya que se encarga de vestir a Nuestra Señora de los Dolores de la hermandad de San José Obrero. Para esta ocasión luce manto en damasco celeste con brocados, realizado en el taller de Martín Santonja, y donado por José Antonio León. Sobre sus sienes porta la diadema realizada en metal plateado con baño de oro en el taller de Ramón León.  En su pecho porta un broche que representa un corazón traspasado por siete puñales, alusivos a los Dolores de María, y rematada por una presea real. Esta bellísima pieza de orfebrería en plata sobredorada y con incrustaciones de pedrería fue donada y realizada por el propio Miguel Ángel Alonso Ponce.

En la calle Pureza, la hermandad de la Esperanza de Triana, cuya advocación de la Inmaculada es una de las titulares de esta hermandad. La Virgen porta el manto celeste que procede de los faldones del palio en 1990, de vistas sobre raso de seda, al igual que los bordados del manto, obra de Benjamín Pérez y pasados por el taller de Fernández y Enríquez. Ceñido a su cintura, un fajín celeste, de reciente donación, perteneciente al cuerpo de Aviación. En su pecherín luce un ancla en plata con perlas verdes realizada por Joyería Santa Ana que viene a recrear la primitiva que poseía la imagen a principios del S.XX.

La corona data de 1963 y es el orfebre trianero Jesús Domínguez Vázquez quien regala la hechura de esta corona de salida de plata sobredorada. Ésta le fue impuesta por el entonces obispo auxiliar, José Cirarda Lachiondo, durante el besamanos de diciembre del mismo año. Es la presea con la que procesionó la Santísima Virgen desde entonces hasta su Coronación Canónica en 1984.

En el arrabal trianero, en la parroquia del Buen Aire sitiada en la calle Virgen de Fátima, se encuentra Nuestra Señora del Desconsuelo y Visitación, titular dolorosa de la hermandad de Pasión y Muerte. José Librero Fernández es el vestidor de esta dulcísima imagen de Navarro Arteaga, inspirada en las dolorosas de la escuela granadina del S.XVIII, como curiosidad, nos encontramos con la única dolorosa de manos entrelazadas de la Semana Santa de Sevilla.

Luce ataviada con un manto en terciopelo azul pavo con estrellas bordadas, la saya, del mismo tejido, en color burdeos. Ceñido a la cintura, porta un fajín hebraico. Y una media luna a sus pies realizada en metal plateado.

Tras el celeste inmaculado, llega la época de Adviento y con ella la onomástica de la Esperanza, la ciudad se prepara para vivir un fin de semana intenso.