Blog

Tiempo de Pasión

40 días y 40 noches quedan para que el sueño se haga realidad, para que empiece la primera chicotá, para que los corazones vuelvan a brotar de emoción y alegría. 40 días en los que no solo debemos de ensayar, limpiar la plata o simplemente esperar. Estos 40 días son para reflexionar, meditar y preparar el cuerpo y el alma para una nueva Semana Santa.

Vive con intensidad estos días hermano, no te los pierdas por nada en el mundo, ve a los cultos de tu amantísimo titular, a su devoto besapies, Vía-crucis… “haciendo verdadera hermandad”.

La impaciente espera parece hacerse eterna, que no llega, pero, ¿para qué desear que llegue tan rápido tan ansiada fecha? Aprovechemos minuto a minuto, segundo a segundo estos momentos porque cuando llega, pasa y ni nos damos cuenta, ¡si es que parece un sueño! Sentimientos a flor de piel, ilusión como la de un niño cuando es navidad.

En menos que canta un gallo Dios habrá bajado de nuevo a esta bendita tierra donde todos le esperamos y besaremos sus benditas manos, ya casi es Domingo de Ramos, aunque no debemos de olvidar esas vísperas que están ahí y que también son dignas de mencionar, pues hacen que este sueño sea un poquito más largo, y ¿por qué no?, nos lo hacen un poquito antes realidad.

A lo lejos ya vemos palmas y olivos, empiezan a florecer los naranjos, el perfume del azahar se mezcla con el de la cera derretida, parece que se escucha una marcha, pero no lo es; solo era un ensayo que pasaba por la esquina, he visto a un niño con un traje de nazareno en los brazos, a un hombre con zapatillas, faja y costal, ¿a dónde irá? ¿Irá a un retranqueo? ¿O simplemente a una mudá? No lo sé con certeza pero lo único que sé es que en mi cabeza esa palabra que con solo pensarla ya se eriza el bello de las piernas, ya está aquí ya llego, por fin una nueva CUARESMA.