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“Protegidos bajo tu manto” 2ª Parte

Si bien vimos en la primera parte de esta entrega los mantos “más famosos” y que “más llaman la atención”, en esta segunda entrega veremos otros mantos que no suelen ser tan admirados por el público, pero que son grandes obras de arte y con un valor incalculable que cubren a la Madre de Dios en sus diversas advocaciones ya sea dolorosa o de gloria.

Si soberbios son los bordados del Señor, los de su madre no sería menos. María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso posee uno de los mejores patrimonios en bordados de toda la ciudad hispalense.

El manto con en el que procesiona actualmente la Santísima Virgen es una de las obras más completas del diseño de bordado cofrade, ya que fue diseñado íntegramente por “el genio” Don Juan Manuel Rodríguez Ojeda, el cual en 1903 se inspira en un frontal de altar de la Real Parroquia de Santa Ana de Triana. De sus manos salen los dibujos de todo este conjunto de bordados: el techo de palio y las bambalinas, que se completan al año siguiente en 1904 con el estreno del impresionante manto, la saya de la Virgen del Mayor Dolor y los bordados de la túnica y mantolín de San Juan.

El manto esta bordado en hilo de oro sobre terciopelo de color granate. De estilo renacentista e inspiración regionalista la tónica predominante es la de grandes roleos enfrentados de los que salen numerosas hojas de cardo, tallos y roleos menores que se disponen con fuentes o surtidores en el centro del manto, repitiendo los mismos esquemas que en las caídas del palio y el techo de palio.

Posee además, otro manto de salida bordado en oro sobre terciopelo azul marino por los talleres de Fernández y Enríquez, de la localidad de Brenes, en 1991, según el diseño de Antonio Garduño Navas y donado por Don Manuel Ruiz de Lopera.

El manto recogido a la cintura de la Virgen a “bullones”, aunque los bordados son magníficos es uno de los motivos más destacado de este famoso manto que posee la Virgen del Rosario coronada de la hermandad de Montesión. Realizado en tejido de tisú de plata e hilo de oro a realce y acero inoxidable, que ejecutara Sobrinos de Caro entre 1971 y 1973. Es de estilo imperio renacentista.

Es la única Virgen de Sevilla que lleva el manto recogido, este hecho se debe a un fallo en la medida del manto cuando se realizó y para salir del paso ese año se recogió, pero para sorpresa de los hermanos, causo una buena sensación al ser algo novedoso, decidiendo la hermandad dejar el manto con dichas medidas y procesionando así hasta la fecha.

Este manto sufrió una importante restauración para la coronación canónica de la Santísima Virgen; se le practicó una reforma en su diseño y se pasaron los bordados a un nuevo tisú de plata blanco aprovechando la ocasión para bordar unas zonas radiales que primitivamente aparecía con un dibujo efectuado con hilos de oro sin formar piezas, que recordaba un damasquinado. Esas zonas presentan ahora elementos bordados en consonancia con el resto del manto. Se aprovechó también para aumentar el tamaño de la prenda quedando un manto con un par de centímetros más de largo y ancho.

Las autoras de este espectacular manto de Nuestra Señora de Loreto de la hermandad de San Isidoro fueron, las hermanas Pilar y Amalia Granado Vázquez, más conocidas por las hermanas Granados.

Manto de tisú en color azul casi gris, donde predomina el menudo dorado de sus bordados, realizado según el diseño de Francisco Ruiz Rodríguez, que a su vez se inspiró en un tapiz persa expuesto en el pabellón de Arte Antiguo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Este valioso manto está fechado en el año 1931.

En el año 2012 y tras dos años de trabajo, este manto estuvo en un profundo proceso de restauración que se llevó a cabo en el taller de bordados de Jesús Rosado devolviéndole a su máximo esplendor.

Quizás estemos ante uno de los pasos que menos miradas se lleven en la Semana Santa sevillana, pero todo el conjunto que posee es de un importante valor ya sea en imaginería, talla o bordado.

Es de mencionar el magnífico manto de terciopelo negro bordado en oro que luce en su salida procesional la sagrada imagen de María Santísima de Villaviciosa, titular mariana de la Real Hermandad del Santo Entierro. Obra realizada por la famosa bordadora Teresa del Castillo en 1880 sobre un diseño original de Antonio Canto Torralvo a base de soles entrelazados, estrellas y querubines, que sería pasado a nuevo terciopelo en el año 1948 por Carrasquilla.

El resto de las imágenes de este paso del Duelo también porta vestiduras bordadas por Teresa del Castillo en 1880 según diseños del propio Canto Torralvo. En ellas abundan los motivos característicos del arte gótico como son las ojivas, los arcos apuntados, las flores trilobuladas y otros motivos vegetales.

Regalado por la Reina Isabel II en 1853 a la Virgen de los Reyes debido a la especial devoción que la monarca española tenía hacia esta sagrada imagen, esta prenda es una de las más ricas que componen el ajuar de la efigie fernandina, debido a la calidad y dimensiones de los bordados que lo componen.

De estilo renacentista, este manto es el de mayor dimensión de los cinco que posee la patrona de la Archidiócesis para su salida procesional y que alterna cada año.

Bordado en hilo de oro sobre terciopelo verde, siendo una greca de estilo renacentista. La Virgen de los Reyes posee de hasta cinco mantos de salidas que alterna cada año. Un manto bordado por las hermanas Margarita y Rosa Gilart Jiménez, las bordadoras de origen mallorquín de la cámara de la Reina.

El resto de mantos que alterna son el blanco, que es más conocido como “el de los castillos y leones”, también fue donación de la reina Isabel II en el año 1853. El manto rojo, de terciopelo granate, fue donado por la infanta María Luisa Fernanda de Borbón. El manto que estrenó el día de la coronación canónica (4 de diciembre de 1904), de tisú celeste bordado en plata, fue realizado en los talleres de Olmo y fue donado por la condesa de Casa-Galindo, otro que estrenó en la procesión del congreso mariano del año 1929, que es de tisú color salmón, bordado en seda y oro por las Hermanas de la Cruz, con tela regalada por la duquesa de Osuna.

* En todo momento Madre, haz que siempre estemos protegidos bajo tu manto.