Blog

Orgullo de la devoción

Viendo el otro día la salida extraordinaria de la Virgen de la Hiniesta, quedó demostrado algo que muchos sabíamos y que algunos no se quieren enterar y es que la Religión, las cofradías, están mas vivas que nunca, la aglomeración de personas, para ver el palio de San Julián fue de tal magnitud que a muchos de estos políticos, les cogería seguramente por sorpresa, pero no es asombroso ver las iglesias llenas en cultos de las cofradías, ver los rosarios de la aurora con muchísima gente, vía crucis con gran asistencia de cofrades, en definitiva los que siguen viendo la religión como puente de salvación, están volviendo sus miradas a las iglesias y a las cofradías, si alguna vez habían dejado de mirarla. La sociedad se esta dividiendo en dos, radicalizándose, los que amamos nuestra cultura, nuestra religión y que creemos en Dios nuestro Señor y los que ven la religión cristiana (y lo que huele a cura) como una amenaza hacia ellos y que piensan que esta iglesia es la misma que quemaba a personas en el siglo XIV o XV.

El ver a las personas volver sus ojos hacia las iglesias y hacia las hermandades, me llena de orgullo, porque pienso que la gente ve la labor social de las mismas, los comedores de Caritas, las labores sociales de las cofradías, las bolsas de la caridad de las corporaciones, que en mayor o menor medida hacen que muchas personas puedan vivir dignamente y poder llevar diariamente comida a su casa para que sus hijos puedan comer. Ver las personas que ayudan a su prójimo sin esperar nada a cambio es algo tan maravilloso, que no se puede destruir por el odio inculcado a base de fanatismos a lo largo de los años por gente resentida que alimenta el odio después de 70 años. Las cofradías llevan con nosotros mas de quinientos años, ayudando a los demás, ya que muchas de ellas en un principio se fundaron, siendo hospitales, para ayudar a los más necesitados y, en el siglo XXI, las cofradías siguen respondiendo a la llamada del necesitado, al igual que la Iglesia. Espero que algún día, los resentidos, los amargados, los que están llenos de odio, se den cuenta de que en vez de odiar, es mejor hacer el bien al prójimo y edificar, no destruir.