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De destituciones hablamos…

Ayer me entere, de la destitución de Rafael Muñoz, capataz de la Virgen de la Paz y Esperanza, hombre bueno, donde los haya, calmado, sin alardes de circo, no es un personaje prepotente, ni mucho menos es un novato en esto, incluso, diría yo que podría enseñarle a todos los capataces que hay hoy en día en activo en Córdoba, primero por sus años delante de los pasos y segundo por que es una persona que todos los días aprende algo nuevo.
Entonces ¿que ha ocurrido para que la junta de gobierno, cese a una institución delante de los pasos, como Rafael Muñoz? ¿Que ha podido pasar, para que una persona que nunca ha dado ningún problema sea cesado? Estamos viendo de nuevo en la hermandad capuchina, el problema tantas veces comentado de que algo malo y raro esta ocurriendo en Córdoba, que se deja llevar por modas, por intereses de algunos personajillos con afán de deslumbrar y ningunean a quien sea, por el simple hecho de que no bailan a su son?

Me resulta muy penoso que una persona como Rafael, sea cesado, porque no se amolde a algunos de la junta de gobierno, o algunos sectores de la hermandad, o a la cuadrillas de los pasos y que esas personas ( si ese es el problema) tengan potestad para eliminar de un plumazo a toda una institución como es Rafael Muñoz, hijo de una leyenda del martillo, como era Rafael Muñoz ( Rafalito, como le llamábamos con cariño) ver acercarse al palio de la Virgen de la Paz y Esperanza sin Rafael Muñoz delante, ya no va a ser lo mismo, la sabiduría que desprende este CAPATAZ no la tiene nadie que se ponga delante de ese palio ochavado y el peso de sustituir a esta maravillosa persona es una cruz muy pesada para cualquier capataz que coja el martillo de este palio. Mi más sincero deseo de que esta noticia acabe de una manera que nos lleve a escuchar de que Rafael vuelve a mandar a la cuadrilla de “su” Virgen de la Paz y Esperanza