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La Efímera Salud

Las cofradías y el sacar pasos a la calle es un fiel reflejo de la vida, de lo que tenemos día a día, del paso del tiempo, los que se van, los que llegan o los que vuelven a casa después de muchísimo tiempo.

La Hermandad de San Gonzalo hizo ayer una enorme protestación de fe y de vida, con su Virgen y con su Barrio. Y es que ayer, fuese la hora que fuese, hiciese cuatro o cuarenta grados, el barrio estaba haciendo público su amor por la Virgen, desde el bebé recién nacido, hasta una señora esperando a su Virgen en un improvisado palco en segundo plano con una silla de su propio salón. Todo vale para ver a la Madre de Dios antes de que vuelva coronada.

Y es en estos momentos, en la simpleza del camisón, el bastón o el chupete, en los que todo esto cobra sentido, se vuelve magia, crea momentos que son para la historia. La hora es lo de menos, que está la Virgen en la calle. Sin excederse demasiado, pero sin prisas.

La Virgen nos regaló momentos preciosos con su gente, aplausos a cada paso que daba, vítores, cohetes, colgaduras, adornos. Cualquier detalle era poco, cualquier visita, obligada, sobre todo a los ancianos, que quizás sean los que más necesiten a la Virgen en sus vidas.

La Salud es fugaz, tiene un fin y por ello, esta semana que se nos presenta, ha de servir, para llenarnos de Salud durante muchos años, porque es necesaria y en tiempos en los que se tambalean los cimientos de una sociedad, es más que indispensable el tener ratitos –llenos de complejas simplezas- junto a la Virgen, para que así, ella nos de vida, y, por ende, Salud.

(Fotografía José Campaña / Vídeo Ángel José Ruiz)