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La Hermandad del Lavatorio de Sevilla

Un grupo de sevillanos se reunieron para fundar lo que sería la Hermandad del Lavatorio. Una idea que nace en San Esteban para luego instalarse en Santa María la Blanca en 1598.

El escultor Diego García de Santa Ana realizó la talla de un crucificado que actualmente podemos observar en su capilla. Realizado en pasta, y que en algunos aspectos nos puede recordar al Cristo de El Museo.

Hasta 1662 la hermandad realizaba su estación de penitencia el Jueves Santo, sacando tres pasos a la calle. El primero de ellos un misterio representando el Lavatorio de los pies, el segundo, el crucificado que realizó Diego García y por último el palio de Nuestra Señora del Pópulo. Estuvo fusionada con la Hermandad de la Quinta Angustia, pero esto duró pocos años.

Diez años después, a instancias de Justino de Neve, Presidente de la Hermandad Sacramental de la parroquia, se fusionaron ambas hermandades. A partir de entonces la nueva hermandad, fusionada, recibió el nombre de “Santísimo Sacramento, Lavatorio y Ntra. Sra. del Pópulo”. Su retablo se encuentra en la actualidad ubicado en la cabecera de la capilla Sacramental.

Esta unión parece que revitalizó a la renovada hermandad, de hecho hasta 1695 volvió a procesionar en Semana Santa. Aunque esta segunda época era una hermandad mucho más pobre ya que se había deshecho de casi todos los enseres y figuras que tenía en los años anteriores. Tenía mucho más peso la parte sacramental de la corporación que la penitencial. La imagen del señor que procesionaba en el misterio se perdió años después durante la invasión francesa del siglo XIX. Nuestra Señora del Pópulo es una obra atribuida a Pedro Nieto hacia 1640. La figura del San Juan es una talla anónima de finales del XVII aunque restaurada en el XVIII por uno de los hermanos y miembro de Junta más insignes de esta corporación: José Montes de Oca.

Esta Hermandad estuvo funcionando hasta algún momento determinado del siglo XX, por lo que curiosamente, no se le debe considerar desaparecida sino inactiva, al no pasar aún los 100 años necesarios para su extinción.